El Pleno de la Asamblea, con 21 votos a favor, los de
populares y socialistas, ha sacado adelante su propuesta de
mejorar sustancialmente el alumbrado público exterior de la
ciudad ampliando la gestión indirecta actual de
mantenimiento con un ambicioso plan avalado por el IDAE en
el que se conjuga el ahorro y la eficiencia energética en
base a la implantación de las nuevas tecnologías en el
sector que procurarán un ahorro considerable en la factura
anual, que puede llegar a alcanzar, dijo el consejero de
Hacienda, Francisco Márquez hasta los 200.000 euros si
cuando se abran las plicas los licitadores apuntan a la
baja.
Más allá del debate donde la oposición de Caballas insistía
en que no se le presentó las bondades de una gestión
indirecta frente a otra directa, y que básicamente el
Gobierno iba a generar “un problema” con ello, el consejero
de Hacienda defendió que la idea, “propuesta por el IDAE
mejorará la eficiencia de las instalaciones porque se
renovará el 60 por ciento, mejora la calidad medioambiental
con un menor consumo por el uso de tecnología de ahorro
energético y porque el IDAE puede aportar hasta el 15% de la
inversión que realice la empresa para la implantación de los
nuevos sistemas de eficiencia”.
Insistió Aróstegui en pedir las “ventajas e inconvenientes”
de la propuesta del Gobierno “porque no nos demuestran que
la gestión indirecta sea más barata”, reiteró.
El consejero de Hacienda afeó al líder natural de Caballas
el que esas cuestiones no las hubiera puesto en valor en la
Comisión Informativa, y que “aproveche los micrófonos del
Pleno” para su ansiado ‘momento de gloria’. “Varios
funcionarios de esta casa llevan ocho meses trabajando en
ello y con el IDAE”, desveló el consejero para reforzar la
labor de los trabajadores frente a la minimización simplona
que realizaba Aróstegui del asunto. “Tiene usted prejuicios
hacia todo”, le inquirió el consejero.
Con un tono diferente, el de consenso y altura de miras, el
portavoz del Grupo Socialista, José Antonino Carracao,
solicitó conocer la cuantía del ahorro, de un lado y el
hecho de que el contrato que se vaya a adjudicar se redujese
de los 12 años inicialmente previsto, de otro.
Carracao sí se mostró partidario del ahorro y la eficiencia
energética aunque cifró en 7 años el máximo que debía
disponer el futuro contrato de adjudicación del servicio.
Márquez, con el mismo tono que el recibido, reconoció que
tratará con los técnicos la extensión del contrato y que el
ahorro seguro anual sería de 17.000 euros antes de comprobar
cómo queda el contrato finalmente si el licitador
adjudicatario final propone a la baja el montante que prevé
la Administración para el concurso.
Aróstegui volvía, en la dúplica, a referirse que el
Ayuntamiento era la mejor empresa para llevar a cabo la
gestión, pero PP y PSOE no le siguieron.
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