El secreto de sumario no da para conocer exactamente qué
ocurrió según el análisis patológico forense. La muerte pudo
sobrevenir por varias causas, pero en función de los
indicios que señalan que pudo haber un intento de agresión
sexual, las marcas que quedan patentes determinan
exactamente qué pudo ocurrir, según explican profesionales
de esta rama de la medicina.
Señales de lucha, hematomas en muslos, desgarros... Puede
ser también común, indica Sánchez Armas, detective experto
en criminología que la muerte se haya podido producir como
consecuencia de la acción del agresor al forzar, bien por
“estrangulación o por sofocación”. La muerte por sofocación
sobreviene al taponarse las vías respiratoria y el
estrangulamiento es la constricción externa del cuello por
cualquier sistema diferente al utilizado en la suspensión
del cuerpo.
En los dos casos se produce la relajación de los esfínteres
Es común realizar tomas de muestra de las cavidades para
determinar si ha podido existir penetración o, inluso restos
seminales. Este tipo de pruebas se trasladan, en el caso de
Ceuta, habitualmente a Sevilla, desde donde se remiten los
resultados que se adjunta finalmente al informe con el que
se aportan datos concretos del hecho de la muerte.
En este caso, el atacante dijo en Comisaría haber “matado a
golpes” a su compañera. El equipo forense debe determinar
todos los extremos para identificar la causa y ajustar lo
que pudo ocurrir de violento en los momentos previos al
deceso.
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