Para el Gobierno Vivas, el presupesto para 2012 era el
momento donde fijar la necesidad de una sostenibilidad
financiera adecuada. La coyuntura sigue siendo complicada y
hay que ver el escenario presupuestario a medio plazo y
también ver la posibilidad de seguir haciendo políticas
cercanas al ciudadano, efectivas en cuanto a sus objetivos y
realistas en cuanto a disponer de los recursos con los que
se cuenta, y eso implica revisar las políticas de gasto que
se mantienen inasequibles al desaliento en los últimos años.
Y la tijera comienza por ahí. Fundamentalmente para que las
políticas sociales, la que tiene que ver con los ciudadanos
a los que hay que atender decisivamente, no se vean
afectadas por las circunstancias económicas actuales.
Para no perder músculo en esas políticas, se estudió qué
gastos corrientes podían ser los prescindibles. Algo en lo
que el Gobierno se ha implicado en los meses de verano para
confeccionar el borrador de presupuestos de 2012, que
estudia el CES, y que servirá de pauta para los sucesivos
ejercicios.
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