El nuevo obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza Boy, se
presentó ayer oficialmente en la ciudad oficiando una
solemne misa en la Santa Iglesia Catedral. Zornoza Boy
llegaba a Ceuta pasada las diez de la mañana acompañado por
el nuncio apostólico, monseñor Renzo Fratini, y cumplió con
un extenso programa que dio comienzo en la Iglesia de África
y concluyó con una comida en el Parador ‘La Muralla’.
Alrededor de las 10.30 horas las campanas de la Santa
Iglesia Catedral comenzaban a repicar anunciando la llegada
a Ceuta del nuevo obispo monseñor Rafael Zornoza Boy, quien
el pasado sábado tomaba posesión oficial de este cargo tras
la cesión de la sede realizada por quien en los últimos 18
años ha sido la cabeza visible del obispado de Cádiz y
Ceuta, monseñor Antonio Ceballos Atienza.
Zornoza Boy llegaba a Ceuta acompañado por el nuncio
apostólico en España, Renzo Fratini, y fue recibido a su
llegada por el presidente de la Autoridad Portuaria, José
Torrado López.
Para dar la bienvenida al nuevo obispo de Cádiz y Ceuta, la
incesante lluvia que azotó la ciudad durante toda la
madrugada hizo un paréntesis y así don Rafael Zornoza pudo
contenplar la belleza de esta ciudad española afincada en
continente africano, tal y como así se lo resaltó el vicario
general de la Ciudad, Francisco Correro Tocón, durante la
introducción realizada al inicio de la solemne misa de
presentación oficial del nuevo obispo de la diócesis de
Cádiz y Ceuta.
Alrededor de una treintena de sacerdotes asistieron a la
solemne ceremonia oficiada en la Santa Iglesia Catedral, la
cual presentó un lleno absoluto y en la que estuvieron
presentes las máximas autoridades civiles y militares de la
ciudad así como numerosos fieles que quisieron la bienvenida
personalmente al nuevo obispo así como al nuncio apostólico.
Antes del oficio religioso, Zornoza Boy y Renzo Fratini,
acompañados en todo momento por el vicario general de Ceuta
acudieron al Santuario de Nuestra Señora de África, en la
que fueron recibidos por los integrantes de la junta de
gobierno de la hermandad África.
El nuevo obispo se llevó una grata impresión al contemplar
como decenas de inmigrantes que acudieron al Santuario con
anterioridad a escuchar misa permanecieron en su interior
para poder conocer y saludar don Rafael.
Durante la visita a la Iglesia de África, visitaron el
Camarín de la Excelsa Señora, firmaron en el libro de la
hermandad y conocieron algo de la historia tanto de la talla
de la Patrona de Ceuta como de la propia iglesia.
El mediodía llegaba y Zornoza y Fratini, acompañado por
Correro, se dirigieron hacia la Santa Iglesia Catedral donde
fueron recibidos por las máximas autoridades civiles y
militares de la ciudad, así como por el cabildo
catedralicio.
Cientos de ceutíes asistieron a esta ceremonia en la que se
contó con la presencia de Ángel Hortas, quien fue el
encargado de tocar el órgano de la Catedral durante el
oficio religioso.
Tras leer nombramiento oficial como obispo de Cádiz y Ceuta
de monseñor Rafael Zornoza Boy, los asistentes rompieron en
aplausos para darle la bienvenida.
Durante la eucaristía el nuevo obispo de Cádiz y Ceuta se
dirigió a los presentes y afirmó que “más que tomar esta
Diócesis en propiedad para mí, soy yo quien se entrega a
vosotros y sois vosotros quienes tomáis posesión de mí”.
“No soy capaz de decir en este momento qué caminos
pastorales concretos haremos juntos, que objetivos debemos
compartir, pero es evidente que debemos profundizar en
nuestro seguimiento de Cristo. Por tanto creo que acierto si
os propongo ya desde ahora, como nuestra gran meta,
evangelizar”, ha explicado Zornona Boy.
Y es que, ha abundado, “la iglesia entera renueva hoy su
esfuerzo por una nueva evangelización promovida por el Santo
Padre y esperada con ilusión por todos, para una sociedad
que pierde la esperanza cuando olvida sus raíces
cristianas”.
Finalmente, monseñor Zornoza Boy invitó a los presentes a
vivir la ‘fantasía de la caridad’ -como indicaba el Beato
Juan Pablo II- “para hacernos profetas del amor de Dios y
mostrar a todos la belleza de la vida cristiana ---también a
los alejados de la Iglesia---, porque la felicidad que
buscamos tiene un nombre y un rostro: el de Jesús de Nazaret,
el Hijo de Dios hecho hombre que nos ama y nos busca”,
concluyó.
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