La Benemérita ha determinado que el coche en el que viajaban
los dos hombres marroquíes que fallecieron en la madrugada
del lunes en las aguas del puerto iba a una velocidad
inadecuada, con la tercera marcha puesta, lo que precipitó
la caída al vacío. Autoridad Portuaria y Guardia Civil
extrajeron ayer del puerto el vehículo siniestrado, gracias
al trabajo de dos buceadores de una empresa privada que se
sumergieron para enganchar el coche a la grúa. Previamente,
agentes de la Policía Científica sacaron del interior del
vehículo un pantalón vaquero y documentación de los
fallecidos.
Una empresa contratada por la Autoridad Portuaria, ‘Centosub’,
procedió durante la mañana de ayer a retirar de las aguas
del puerto el vehículo siniestrado en la madrugada del
lunes, en un accidente que se saldó con la muerte de dos
jóvenes marroquíes. Según fuentes de la Benemérita, el
vehículo iba por la avenida Cañonero Dato y llevaba una
velocidad inadecuada, en tercera marcha, cuando entró en el
puerto; un detalle que contrasta con la versión apuntada
durante el transcurso de los hechos por los testigos, los
cuales explicaron que el conductor del vehículo maniobró
equivocadamente y que en lugar de meter la marcha atrás,
accionó la primera, lo que provocó que el automóvil se
precipitara hacia el vacío, a unos ocho metros de altura.
Antes de caer, el vehículo chocó contra dos de los
separadores de tráfico, constituidos de hormigón y de 250
kilos de peso, que estaban colocados en el puerto como
barreras físicas con la finalidad de evitar, precisamente,
este tipo de situaciones.
Un allegado a la familia explicó a EL PUEBLO durante el
rescate del vehículo que antes del suceso uno de los
hermanos estaba enseñando a conducir al otro. Sin embargo,
fuentes de la Guardia Civil han confirmado a este medio que
los dos hermanos disponían de carnet de conducir.
Pasaban escasos minutos de la medianoche del domingo al
lunes cuando ocurrió el accidente. A pesar de los intentos
de reanimación de los servicios del 061, no pudieron hacer
nada por salvar sus vidas. Ayer, alrededor de las 10.30
horas, miembros de la Guardia Civil y de la Policía
Científica se encontraban en la zona del suceso. Tres de los
agentes especializados en submarinismo se lanzaron al agua
para tomar medidas y realizar fotografías submarinas del
vehículo, un Kia Picanto Lx marroquí con matrícula
29225-j-44.
Tras esto, dos miembros de la empresa ‘Centosub’ se
sumergieron en el agua. Su cometido fue colocar los ganchos
en la zona más dura del motor para poder extraer el
vehículo, desde fuera, con la grúa. A las 11.40 horas el
coche estaba en tierra y la Autoridad Portuaria fue la
encargada de retirarlo. Previamente, los submarinistas de la
Guardia Civil habían extraído del interior del vehículo los
pantalones vaqueros de uno de los chicos y la cartera, en
donde, entre otros documentos, había un carnet de la
Comunidad de Madrid. Una vez retirado el coche, los
ciudadanos que se habían amontonado tras el cordón policial,
se fueron retirando. Sobre las aguas del puerto quedaron
unas botellas de agua vacías, el envoltorio de un paquete de
patatas y una sandalia.
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Los fallecidos dejan varios hijos, esposas y hermanos, uno
de los cuales identificó los cadáveres
Los dos hermanos, de la familia
Draui, fallecidos en los primeros minutos del lunes tras
ahogarse en las aguas del puerto de Ceuta, eran de Tetuán
aunque residían en la ciudad autónoma. Se ganaban la vida
atrayendo a los turistas hacia los negocios de venta de
billetes de las navieras. “Eran dos bellísimas personas”,
apuntaban dos de sus compañeros de trabajo en la mañana de
ayer, mientras presenciaban la extracción del coche. Ambos
hermanos, uno de ellos de 37 años y el otros unos años
menor, estaban casados y tenían dos y tres hijos
respectivamente. El resto de familiares, entre ellos cinco o
seis hermanos más, residen en Tetuán. En la mañana de ayer,
a la madre aún no le habían comunicado la trágica noticia de
la pérdida de dos de sus hijos. Mientras, uno de los
hermanos acudió ayer al lugar de los hechos, poco antes de
que se extrajese el vehículo del fondo del mar. A
continuación se desplazó a la morgue para proceder a la
identificación de los cadávares. Fuentes cercanas a la
familia explicaron que está prevista la repatriación de los
dos cuerpos a Marruecos, pero que cuesta 8.000 euros.
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