Los presidentes de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y de
Ceuta, Juan Jesús Vivas, se reunieron ayer por espacio de
una hora para analizar, tal como habían previsto, las
propuestas y políticas comunes en materia económica. Para el
jefe del Ejecutivo gallego, Ceuta y Galicia comparten el
objetivo de blindar unas cuentas públicas saneadas y de
hacer sostenibles los servicios públicos.
Los presidentes de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y de la
Ciudad, Juan Jesús Vivas, mantuvieron ayer una reunión en la
que se puso de manifiesto que tanto Ceuta como Galicia
apuestan por “blindar el saneamiento de las cuentas
públicas”. Así lo subrayó ante los medios de comunicación el
jefe del Ejecutivo gallego en la comparecencia conjunta que
ofrecieron en el Salón del Trono del Palacio Autonómico al
término de un encuentro centrado, como ya se había
anunciado, en asuntos de índole económica.
Núñez Feijóo destacó factores comunes de ambos territorios,
el hecho de estar “abiertos al mar” y de ser “comunidades
periféricas dentro de España y “fuertes”, una marcada por el
Camino de Santiago por el que, durante 1.000 años los
europeos “sin saberlo” construyeron lo que hoy es la Unión
Europa, y Ceuta como “encrucijada de Europa y África”.
Entre los rasgos comunes el presidente gallego reivindicó la
apuesta por “blindar el saneamiento de las cuentas públicas
y garantizar en consecuencia el estado del bienestar para
que pueda seguir siendo viable, sostenible en el largo
plazo”. “Para eso no sólo hay que diagnosticar los
problemas, sino también ser valientes a la hora de aceptar
el tratamiento de los graves problemas de la economía
española”, apostilló el jefe del Ejecutivo gallego.
A su modo de ver, tanto Vivas como él coinciden en la
necesidad de “mantener ese mensaje de responsabilidad, de
poner en valor otra vez la cultura de la responsabilidad
política, de la gestión eficaz, de los principios básicos de
no gastar más de lo que se tiene y de pagar lo que se debe”.
Así, y respecto al límite para el déficit público aprobado
ayer mismo en el congreso, Núñez Feijóo aseguró que es
necesario llevar este debate “más allá”, “entre todos
-apuntó-, entre el gobierno central y los de las
Comunidades, las ciudades y las provincias”.
El presidente de la Xunta abogó por buscar “un método” que
no suponga un menoscabo de los servicios públicos esenciales
y “seleccionando la inversión pública, pero no cualquiera,
sino la destinada directamente a incrementar la
competitividad de nuestra economía”.
Para ello, es preciso preguntarse, señaló el presidente de
la Xunta, qué nuevas “herramientas” precisa un país como
España “para que la globalización sea una ola a la que
subirse”. A su modo de ver, la respuesta está en Ceuta y
Galicia, “aplicando lo que para un gallego y un ceutí es la
pura normalidad”, que es la “cooperación” y el “realismo”.
Núñez Feijóo expresó su convencimiento de que el pueblo
ceutí y el gallego han elegido a sus representantes
políticos “para que les digan la verdad y gestionen la
realidad”.
Por otro lado, Núñez Feijóo destacó que “lo normal” para un
ceutí y para un gallego es “un sentimiento de pertenencia a
España”, “lo cual supone una política que busca implicar a
las autonomías, a todas, en las cuestiones de Estado”.
El representante de los gallegos en el Día de Ceuta mostró
su esperanza en que con esos rasgos definitorios del
carácter y la forma de actuar de unos y otros “podamos unir
nuestro tortuoso presente para alcanzar un futuro
esperanzador”.
En el mismo sentido, el invitado al Día de Ceuta reiteró que
“no por mucho hablar resolveremos los problemas, pero si
somos coherentes entre el diagnóstico y la aplicación del
tratamiento estoy convencido de que seremos capaces de
volver a crear empleo, de volver a reinventar el estado del
bienestar para mantener los servicios públicos esenciales,
de seleccionar la inversión pública productiva y de empezar
otra vez el ciclo de crecimiento económico, de progreso y
prosperidad”.
Respecto a la forma de gestionar de Vivas, que comparte por
“realista”, Núñez Feijóo destacó que ha podido comprobar que
la Ceuta de hoy y la de los años 90, cuando la conoció,
“tienen poco que ver”, y que la Ciudad está hoy
“consolidada, con unos servicios públicos esenciales,
europea, española en la que cualquier español se siente en
casa”.
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