Aparcar coches al lado del puerto o ayudar a llevar las
bolsas de la compra son los modos que tiene Youssouf Haídara
de sacarse algún dinerillo mientras aguarda una respuesta
del CETI. Aunque más que por dinero, asegura que lo hace por
pasar el tiempo: “Si no estoy entretenido, le doy muchas
vueltas a la cabeza, y total, no tengo nada que hacer”.
Llegó de Costa de Marfil y lleva cuatro meses en Ceuta. En
su país era futbolista y aquí echa de menos entrenarse.
Ba (Gambia) tiene 30 años y maneja bien el inglés. Sus
amigos, Maurdo (Gambia, 18 años) y Balde (Guinea, 19 años),
lo hacen en francés, además de en sus lenguas nativas. Sin
el español no les quedan muchas posibilidades de emplearse.
Así que los tres dedican su tiempo a ser ‘aparcacoches’ del
Puerto. Gran parte de su ‘sueldo’ lo destinan a recargar el
móvil. A veces llaman a sus familias, pero en la mayor parte
de las ocasiones se comunican con amigos que ya están en la
península. “He llamado a un amigo de Madrid para que me
envíe dinero a Ceuta”, explica uno de ellos.
A Mohamed Achor, tendero de uno de los locales de recarga de
móviles, le llama la atención que “siempre vengan en grupo:
“Recargan dos tarjetas con cinco euros, pero aparecen diez
chicos”.
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