Indignados, impotentes, vulnerables, resentidos. Más que las
palabras, fueron los gestos los que definieron el estado de
los vecinos del Príncipe mientras acompañaron durante toda
la jornada de duelo a la familia de Karim Mohamed.
“¿Vamos a estar siempre así?, ¿a quién enterraremos mañana?
La barriada está atemorizada y teme represalias”,
cuestionaban los residentes que lamentaban la desaparición
de un hombre “ejemplar, que nunca creaba problemas, que era
bueno y digno de seguir”, recordaba Sufian Abdeselam, amigo
del difunto desde hace catorce años, “desde la infancia”,
lamentaba.
Muchos se preguntaban “por qué”, tras 48 horas del trágico
suceso, “nadie ha sido detenido”, “se habrán pirado a
Marruecos”, comentaban entre ellos, sus allegados. Pero
todos coincidieron en pedir no sólo protección y seguridad
policial sino también “colaboración y apoyo ciudadano para
que las cosas cambien, y cambien para toda la ciudad”,
argumentaba Abselam Mohamed, hermano de Karim Mohamed. Éste,
junto a uno de los familiares del herido de bala de Juan
Carlos I, se alzaron como los portavoces de las familias que
organizaron la concentración de la tarde en la Plaza de los
Reyes y, por petición de todos sus convecinos, resolvieron
que, “en un tiempo prudencial, si esto no se esclarece
crearemos una plataforma ciudadana, con movilizaciones para
que se nos escuche”, anotó Abdelkader Abselam, familiar del
carpintero.
Sólo han pasado tres días desde el tiroteo que ha dejado
sobrecogido al Príncipe y aún sus habitantes confesaban que
“no les entraba en la cabeza que todo fuera así, frente a
nuestras caras, a plena luz del día”.
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