Respecto al legado cultural que contiene el espacio de la
Puerta Califal y tras las investigaciones llevadas a cabo,
se concluye que tiene “una importancia excepcional para el
conocimiento de la historia de Ceuta, dando a conocer fases
y periodos hasta el momento escasamente documentados o
totalmente desconocidos”. El arqueólogo de la Ciudad,
Fernando Villada, expone por tanto que el conjunto tiene “un
enorme potencial de investigación, constituyendo un lugar
clave para la comprensión del discurrir histórico de la
ciudad del Estrecho”.
La Puerta Califal y el resto de los elementos que conforman
el futuro museo “sintetizan, en un espacio relativamente
reducido, más de 2.000 años de historia de Ceuta, desde el
siglo I d.C. a nuestros días”. Además de documentar periodos
“prácticamente desconocidos” de la historia ceutí, como la
primera fase de ocupación romana, y de “ampliar la
información sobre otras etapas decisivas”, el lugar permite
“conocer, a través de ejemplos reales, las transformaciones
y evolución de las fortificaciones”. Como otra de las
características que justifican su restauración, conservación
y puesta en valor, está el hecho de que “aporta una
información esencial para comprender el modo en que fueron
construidas las Murallas Reales, el principal activo
patrimonial de Ceuta”.
De época romana se conservan restos, incluidas unas
canalizaciones de agua (atarjeas), datadas a mediados del
siglo I, así como un posible horno y un suelo.
De la fase medieval, el elemento destacado es la Puerta
Califal (siglo X), que se conserva con parte de la pintura
decorativa en el arco de herradura y con sus sucesivas
reestructuraciones, así como asociada a “algún suelo bien
compactado”. También se han localizado nuevos tramos de la
cerca omeya y estructuras anteriores.
El periodo moderno corresponde con el momento de
construcción y uso del recinto amurallado renacentista, con
restos de enterramientos y de actividades de forja. Por
último, de la fase contemporánea, la de construcción del
Parador, en el Parque de Artillería, se hallaron entre otros
restos enterramientos asociados a las epidemias de peste
bubónica del siglo XVIII.
En la Memoria Justificativa del proyecto se resalta asimismo
el hecho de que se trata de un conjunto “monumental”, con
alzados conservados de hasta 9 metros y de gran
“singularidad y atractivo”, pues “no hay nada parecido en
ninguna población del entorno”. Además es “un legado que
muestra sin lugar a dudas la importancia histórica de
Ceuta”, y que subraya “su carácter de ciudad mediterránea
durante más de dos milenios”.
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