“Mi hijo no miente nunca, es un buen chico, estudiante,
deportista, y todo el mundo le quiere”. La madre del menor
ingresado, en régimen semiabierto, en Punta Blanca bajo la
acusación de tirar de su moto a un policía local de tráfico,
atendió ayer a EL PUEBLO en la casa familiar, junto a su
marido, su otro hijo varón, de 19 años, y una amiga de 23.
Todos ellos aseguran que se está cometiendo una injusticia
con un niño “que quiere hacer una carrera” y al que aseguran
“están machacando” poniendo en peligro este futuro.
“Mi niño es un buen chico, buen estudiante, deportista y
todo el mundo le quiere, a mi nunca jamás me miente y yo le
dije ese día, hijo, díme la verdad, ¿qué ha pasado? Él me
contó todo, está muy arrepentido de haber salido corriendo,
pero no le dio una patada a la moto del policía”. Muy
afectada, a ratos con lágrimas en los ojos por “el primer
disgusto” que asegura le ha dado en toda su vida su hijo
menor, Fahd, de 17 años, Ashusha, explicaba ayer en su casa
de Los Rosales que el menor lo está pasando muy mal, “no
para de llorar”, le están “machacando”, añaden en su casa.
Ashusha estaba acompañada en el salón de su casa por uno de
los dos hermanos de Fahd, de 19 años, pues su primogénita
está casada y le ha dado ya una nieta. También estaban a su
lado su marido y una amiga de la familia, una joven de 23
años voluntaria de la asociación Digmun. “Puedo decir muy
orgullosa que tengo tres hijos muy buenos, muy buenos, no
tengo queja de nada, Fahd nunca me ha dado un disgusto así y
a mí nunca me ha mentido”, afirmaba.
Cuando se le pregunta si su hijo tiene algún tipo de
antecedente, Ashusha y su marido se muestran especialmente
indignados: “Mi niño no tiene ningún antecedente penal,
pregunte usted en el instituto a los maestros, todas sus
notas las tiene buenas”. “No se puede criminalizar a un
menor por un acto como este”, agregaba la conocida de la
familia.
“Dicen que tiene muchas multas, y tiene tres, que me vienen
a mi casa”, apuntaba la madre, a la que la amiga ayudaba a
explicarse: “Bueno, ¿quién no tiene una multa?, una multa de
tráfico la puede tener cualquiera”. “Que pregunten, que
pregunten en toda esta zona -pedía-, por si mi hijo es un
delincuente, o un ladró; nunca, mi hijo va a jugar al
fútbol, le encanta el fútbol, está todo el día jugando, los
sábados, los domingos, ha ido a toda España con el fútbol”.
El hermano mayor añade que el chaval ha jugado en la liga
nacional siendo juvenil de primer año. “Es un niño que los
entrenadores y todos..., le quieren un montón”.
Para la joven amiga, la cuestión está clara: “Si hubiera
calculado..., porque ¿qué le iban a hacer, ponerle una
multa? No creo yo que sea para escaparse de la policía, lo
que pasa es que ha sido su reacción, no ha calculado bien,
ha sido un error, pero de ahí a que haya atentado contra la
policía...”.
La madre cuenta que Fahd no había ido a clase a primera
hora, pero que iba a ir al instituto, faltó porque “la chica
le llamó, que había tenido problemas con su padre y la iba a
llevar al instituto también, pero no es un niño que falte al
colegio ni nada, yo estoy al tanto de mi hijo, tiene notas
de sobresaliente y notable es el primero en clase”. La madre
afirma que ella no tiene que levantarse de la cama para
decir a Fahd que tiene un examen, “yo no estoy detrás de él,
es un niño limpio, él mismo se levanta, se recoge temprano,
los viernes, un poquito más tarde por la edad, tiene 17
años, o los sábados..., pero el domingo ya está temprano en
la casa”. “No es porque sean mis hijos, pero no son
delincuentes, no son niños que roben ni que los señale todo
el mundo; nadie puede decir que el niño es malo, y no cómo
vinieron a mi casa a buscarle..., que me persiguieron por
toda Ceuta, parecía que fueran buscando a Bin Laden”, se
lamenta Ashusha.
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“Se pasa el día llorando; no está acostumbrado a estar fuera
de casa”
Tal como explicaron a EL PUEBLO
fuentes cercanas al caso y como corroboró la familia, Fahd
se encuentra internado por orden del juez desde el lunes
(tres días después del suceso) pero la intercesión de sus
profesores, que se dirigieron al juzgado, logró que fuera en
régimen semiabierto, para que pueda ir a clase y hacer los
exámenes finales de 4º de la ESO, “porque él lo que quiere
es hacer una carrera; pero mírale ahora, la desgracia que ha
pasado...”, lamenta su madre, Ashusha. A la pregunta de cómo
lo está pasando en el centro de menores, Ashusha responde
que “está fatal, llorando todo el día, porque es un niño que
no está acostumbrado a estar fuera de casa, no esperaba que
fuera a pasarle algo de esto”. Fahd, según explica su
hermano mayor, “quiere entrar en la academia militar, para
salir de alferez”. ”Si fuera un delincuente no hubiera
estado en casa hasta el lunes, no le habrían dejado volver”,
sentencian los allegados de Fahd.
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