Un vecino de la barriada Juan Carlos I tuvo que ser evacuado
ayer al hospital Virgen del Rocío de Sevilla tras sufrir un
incendio en su propio domicilio que le produjo quemaduras en
el 60% de su cuerpo, según fuentes oficiales del INGESA. La
primera hipótesis barajada es que el detonante fue la
explosión de una bombona de butano aunque será la Policía
Científica la encargada de esclarecer el suceso por el que
fueron desalojados los inquilinos de 13 viviendas del
edificio, concretamente, el bloque 36.
Un hombre de aproximadamente 30 años y residente en la
barriada Juan Carlos I tuvo que ser evacuado, sobre las once
de la noche de ayer, al hospital ‘Virgen del Rocío’ de
Sevilla tras sufrir quemaduras en el 60% de su cuerpo a
causa de un incendio en su propio domicilio. Así lo
confirmaron desde el INGESA, con un pronóstico “muy grave”
que obligó a los sanitarios a limpiar la superficie corporal
en un quirófano en escaso tiempo para que el herido fuese
trasladado a la península, haciendo uso de ventilación
mecánica.
Los primeros datos ofrecidos ayer por el viceconsejero de
Gobernación, Manuel Coronado, en el escenario del suceso,
apuntan a que el detonante del incendio fue la explosión de
una bombona de gas butano tras la cual se efectuaron dos
llamadas telefónicas, una al 112 y otra al 092, esta última
por parte de los agentes de la UIR que patrullaban por la
zona. “Activamos el dispositivo de emergencia con los
bomberos y las ambulancias, que practicaron los primeros
auxilios al herido hasta que lo trasladaron al Hospital
Universitario”, informó. Una vez sofocadas las llamas y
desalojadas las 13 viviendas del edifico, concretamente, el
bloque 36 de Juan Carlos I, tanto los funcionarios de la
Policía Local como los agentes de la UIR precintaron el
domicilio para que la Policía Científica se encargue de
esclarecer los motivos que originaron, a ciencia cierta, el
incendio. En esta primera evaluación sobre el escenario del
suceso, aproximadamente a las ocho y media de la tarde,
Coronado lamentó las “desagradables condiciones” en las que
fue trasladado el herido hasta las dependencias del INGESA
aunque afortunadamente no hubo más daños físicos en el resto
de vecinos del edificio.
Para poder rescatar el ceutí, tanto los bomberos como los
policías tuvieron complicado el acceso a la misma ya que se
trataba de una puerta blindada y reforzada por el interior
con “cuatro barras gruesas”, en un bajo, al que accedieron
varios funcionarios a través del patio del domicilio con el
uso de unas escaleras para saltar. Y por la entrada
habitual, otros cuantos agentes con la ayuda de los vecinos
que quisieron colaborar en el operativo, lograron derribar
la puerta.
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