El traslado de los residuos de Santa Catalina afronta su
recta final, marcada por el inicio del sellado del nuevo
vertedero, que se ubica en la cercana vaguada de las Cuevas.
Según informan los técnicos responsables de la actuación,
desarrollada por la Gerencia de Infraestructuras y Urbanismo
(GIUCE), la ejecución de la obra marcha según lo previsto, y
al ritmo actual, que sólo se ha detenido en estos días de
Semana Santa, la preparación de los terrenos para construir
el nuevo parque habrá terminado en la primera semana de
mayo. La montaña de basura, que alcanzaba los 41 metros de
altura, pasará a tener entre 24 y 14, según la zona.
El traslado de los residuos de Santa Catalina afronta su
recta final, marcada por el inicio del sellado del nuevo
vertedero, en concreto de su parte inferior. Según señalan
los técnicos responsables de la actuación, desarrollada por
la Gerencia de Infraestructuras y Urbanismo (GIUCE), la
ejecución del proyecto marcha según lo previsto, y al ritmo
actual, que sólo se ha detenido en estos días de Semana
Santa, la preparación de los terrenos para construir el
nuevo parque que sustituirá a la montaña de residuos habrá
terminado en la primera semana de mayo.
Tal como se señaló a este diario por parte de la dirección
de obra una vez comenzado el traslado de los residuos, el
pasado mes de marzo, no se han producido emisiones de gases.
Esto es así porque, de acuerdo con las explicaciones de los
ingenieros, el procedimiento de vertido en el viejo basurero
consistía en quemar los depósitos para, a continuación,
extender una capa de tierra, y así sucesivamente. De hecho,
los detectores de metano de lectura continua, de obligado
uso en cumplimiento del plan de seguridad, “no han
registrado presencia de gas en ningún momento durante la
obra”, confirman las mismas fuentes. No obstante, y en
cumplimiento de las normas que rigen la construcción de
vertederos de RSU, el nuevo está dotado de conductos de
ventilación.
Traslado de 350.000 m3
Finalmente, siempre de acuerdo con los cálculos oficiales
ofrecidos por la GIUCE, se trasladarán unos 350.000 metros
cúbicos de Residuos Sólidos Urbanos (RSU), y la altura a la
que se sitúe el nuevo parque que sustituirá a la montaña de
basura será “variable” según las zonas. La dirección de obra
destaca al respecto que antes del comienzo de las obras, el
vertedero de Santa Catalina “estaba en la cota 41 en su
punto más alto”. Una vez concluido el movimiento de RSU, la
plataforma resultante se distribuirá en diferentes niveles,
“buscando en cada zona el terreno natural”. De este modo, en
la nueva superficie, de 66.500 metros cuadrados, habrá
partes que aparezcan en la cota 24, como sucederá en la zona
más alta, coincidiendo con el antiguo garitón -una de las
fortificaciones del Recinto del Hacho. En otros puntos, se
bajará hasta la cota “14 ó 15”, indican los responsables de
la actuación.
En lo que respecta al método de sellado del nuevo vertedero,
este consistirá en el recubrimiento de los residuos con una
capa de material geotextil idéntico al empleado para
impermeabilizar el vaso en el que se han depositado. Sobre
él, se colocará una capa de tierra para proceder a la
reforestación de la superficie, para lo que está previsto
emplear, como en el parque, especies arbóreas y arbustivas
autóctonas.
El nuevo vertedero está provisto de un sistema de drenaje de
lixiviados -líquidos contaminantes que producen los
vertederos-, aunque al igual que ocurre con los gases,
tampoco se ha apreciado ni se prevé una producción
significativa de los mismos. Los técnicos consideran que con
la balsa construida para su almacenamiento será suficiente y
que no será necesario construir un sistema de traslado
permanente de lixiviados a la cercana Estación Depuradora
mediante una tubería, como incialmente se pensó.
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