Una de las mayores mejoras en instalaciones que ha
conseguido, en los últimos meses, el Servicio de Urgencias
de Atención Primaria (SUAP), ubicado en el antiguo
ambulatorio ‘José Lafont’, que albergaba las consultas
externas, y donde actualmente se aloja también el 061, es
disponer de un cuarto de baño para hombres y otro para
mujeres. Hasta hace poco, ambos sexos compartían aseos.
Los baños están a la entrada del edificio, donde se ubican
un par de hileras de sillas que no dan a basto para todos
los usuarios. Una media diaria de cien pacientes entre
semana y de unos 180 los fines de semana.
Aunque donde más se nota la aglomeración de gente es, además
de en la sala de espera, en los coches que se amontonan en
un parking “con plazas insuficientes”, según explican los
trabajadores del centro.
No en vano, estas instalaciones tienen más de cincuenta
años; motivo por el cual, cuando llueve se forman goteras
por todo el centro, que combinan con unas paredes que van
descascarillándose y unas puertas con grietas. Las
instalaciones se completan con tres consultas y una sala de
estar. Mamparas que separan los espacios, muchos cables y
tubos de laboratorio repartidos por las mesas...
Instalaciones de las que suelen protestar los usuarios.
Aunque a quienes más afectan dichas condiciones es a los
propios empleados: cuatro médicos con contrato más otros dos
de apoyo; cuatro enfermeros; tres celadores, más otro
eventual que contratan para cubrir servicios porque no han
cubierto aún la plaza del último celador que se jubiló; y
los vigilantes de seguridad. Dicho personal trabaja en
turnos, por equipos compuestos por dos médicos, dos
enfermeros, un celador y un vigilante.
No hay auxiliares de enfermería; y los limpiadores sólo
trabajan por la mañana, cuando el centro está cerrado, y una
hora por la tarde. Una carencia que causa más de un problema
al resto de la plantilla y que han denunciado en numerosas
ocasiones. Manchas de sangre, vómitos, arena de la playa...
que es el médico o el enfermero quien recoge. “Igual estás
pasando la fregona que poniendo una vía”, protesta el
personal.
Sin triaje ni administración
Otra de las carencias del centro y que influye directamente
en la atención que reciben los pacientes es la falta de un
triaje o, al menos, de un administrativo, que controle el
acceso de los pacientes y priorice la gravedad con la que
llegan. Por lo tanto, cuando un usuario accede al centro, es
el vigilante de seguridad el que le señala: “Espere en la
sala”.
El servicio de Urgencias está operativo entre las cinco de
la tarde y las nueve de la mañana, de lunes a viernes, y 24
horas los fines de semana. Un horario que le hace
sustitutivo de otros servicios sanitarios, lo que desemboca
en que muchos pacientes no se acerquen al centro por
necesidad, sino por comodidad.
Y es que mientras, “este servicio está enfocado a atender
urgencias que no requieran una hospitalización”, acuden
personas con dolencias de todo tipo, debido, en parte, a la
falta de educación sanitaria que tienen los ciudadanos.
“Tienen acceso a mucha información, pero reciben muy poca
educación sanitaria”, explica el personal médico del SUAP.
“Todos los dolores lumbares, de garganta, de muelas, de
menstruación, cortes que necesitan curas... y que atienden
en el Universitario, deberíamos atenderlos nosotros;
mientras que aquí acuden, y no deberían, desde personas muy
graves que deberían haber ido directamente a Urgencias del
Hospital, y que nos vemos obligados a trasladarlos allí en
una ambulancia, hasta rasguños que podrían simplemente
echarse un poco de yodo en casa, o chicas con una rozadura
hecha por el zapato que les bastaría con ponerse una
tirita”, añaden.
|