Cuatro voluntarios de Cruz Roja localizaron ayer el cuerpo
sin vida de uno de los conductores de FEAPS, desaparecido el
viernes sobre las dos de la tarde cuando, al parecer, se
asomó a los acantilados de Recinto Sur para comprobar cuál
era el estado de la costa para ir a pescar. Aproximadamente
a unos 500 metros del lugar donde se le vió por última vez,
se hallaba ayer el cadáver, poco más de 24 horas después.
Poco más de 24 horas después, el cadáver del hombre
desaparecido el viernes en las inmediaciones de Recinto Sur
fue hallado ayer por cuatro voluntarios de Cruz Roja que
peinaban la zona a pie, localizando el cuerpo sin vida del
ceutí en un desnivel de la zona rocosa, desplazado unos 500
metros del punto donde se le vio por última vez sobre las
dos de la tarde de dicho viernes.
El médico forense de los juzgados de la ciudad realizó la
primera inspección ocular del cadáver horas después de su
localización, alrededor de las seis de la tarde, en la que
se detectó que el ceutí habría sufrido un traumatismo
craneal con resultado de muerte.
Sobre el escenario de los hechos se agolparon vecinos de la
zona, por lo que el amplio dispositivo de Protección Civil,
Cruz Roja y los agentes de la Benemérita tuvieron que
acordonar la zona minutos antes de que se produjera el
traslado del cuerpo desde el acantilado hasta la carretera,
donde se lo llevarían en una ambulancia. Familiares y
vecinos del fallecido, procedente de la barriada Los
Rosales, así como sus compañeros de la asociación FEAPS, se
trasladaron hasta los aledaños de Recinto Sur, a escasos
metros del pabellón polideportivo Guillermo Molina, tras
conocer la localización del conductor de la entidad social,
empañados en lágrimas no lograban comprender qué había
ocurrido. Causa que podría conocerse una vez le sea
practicada la autopsia.
Siete voluntarios de la entidad humanitaria trasladaron el
cadáver desde la zona rocosa hasta el asfalto, una vez que
el médico forense certificó la defunción, y acompañados por
un agente del Cuerpo Nacional de Policía, que también
descendió el acantilado para, con posterioridad, coordinar
el ascenso, para el que no fue necesaria la intervención de
los bomberos, que también se preveía ante la dificultad de
la zona donde se halló el cuerpo del ceutí, de
aproximadamente, 48 años de edad.
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