sociedad - LUNES, 21 DE MARZO DE 2011

CEUTA
Cristina Marzán
ceuta@elpueblodeceuta.com

Hamza tiene tres añitos, unos padres que lo adoran y cuatro hermanos que juegan y se divierten con él, como cualquier otro niño ceutí sólo que necesita un poco más de tiempo para aprender que los demás por padecer Síndrome de Down. Va a la guardería con otros amigos y por la tarde a la Asociación Down Ceuta, en la que está “muy contento y espabilado”, según relataba su madre, Amina Abde-Lah.

Amina confesaba que al nacer el pequeño Hamza le “chocó un poquito” por el desconocimiento que tenía de esta discapacidad pero luego el cariño y la ternura fueron haciendo que la costumbre llegase a su hogar. “Al mes y medio busqué los lugares a los que podía acudir y en el IMSERSO y el pediatra me informaron sobre la asociación”, comentaba la ceutí. Durante estos tres años, Hamza ha compaginado la guardería con las clases de estimulación en entidad social y ello le ha llevado como resultado el que “solo tenga un retraso de cuatro o cinco meses” porque es “independiente, muy activo, coge el lápiz y colorea, pero sí es cierto que le cuesta un poquito”, se sinceraba Amina.

Hablaba de su pequeño, el menor de cinco hermanos, con una sonrisa en el rostro que la inundaba, y con un brillo en la mirada por el que no eran necesarias las palabras, aún así, Amina recalcaba que lo quería “tanto” que nunca supuso un problema ni para ella ni para su familia Hamza tuviese Síndrome de Down. “Ojalá todas las discapacidades fuesen como esta porque es un niño normal, igual que el resto, que juega, va a la playa y sonríe sin parar”.
 

“La suerte es de aquellos que tienen cerca a una persona así”

Karim cogió la grabadora y por sí mismo presentó a sus compañeros de clase, con los minutos antes hacía sus ejercicios para estimular el movimiento motriz. De Rocío decía que era “muy guapa”, a Selva la “quería mucho”, Jesús era su “mejor amigo” y Ahmed era “más callado”. Ellos son los “niños mayores” de Down Ceuta, y dos de ellos trabajan gracias al Plan de Empleo. Los une mucho más que la discapacidad porque han encontrado en la asociación un lugar de aprendizaje y sociabilidad en el que “hacemos fiestas y nos los pasamos muy bien”, comentaban con una sonrisas en sus rostros y gestos amables. Karim, Jesús y Rocío disfrutaron con la grabadora en sus manos y no dudaron en confesar el cariño que sentían no sólo por sus familias y amigos, también por “los profes y Marina, porque hacen mucho por nosotros y los queremos”, subrayaba Rocío. Llevan años acudiendo a la asociación para dar sus clases de Matemáticas, Lengua, Medio Ambiente, y “gimnasia”, una asignatura que les encanta y en la que se estimulan, base para el desarrollo de las personas con Síndrome de Down. “Todo lo que hacemos en la clase está enfocado a sus habilidades motrices, intentando motivarles y trabajando el ejercicio aeróbico para mejorar su capacidad respiratoria”, explicaba Santiago Valero, técnico de actividades físico-deportivas y de animación, “el profe de gimnasia”. Por ello, como experto, le pedimos un consejo para aquellos padres que aún desconocen la discapacidad. “No se desesperen, no es nada malo, todo lo contrario. Algo precioso en la vida y la suerte es de aquellos que tengan cerca una persona así”.