Junto a Jesús Heredia Reyes también fue ordenado, aunque
como diácono transitorio, Robert Mauricio Ávila Ávila.
Nacido el 13 de enero de 1973 en Santa Fe de Bogotá
(Colombia), es el décimo de un total de once hermanos y en
su tierra natal trabajó en la banca y finalizó los estudios
de Enfermería y Danza Clásica.
En un principio no estaba en los planes de Robert Mauricio
ordenarse, ya que como el mismo confesaba a EL PUEBLO,
siempre había pensado que se casaría y formaría una familia,
aunque finalmente Dios, tal y como destaca, tenía otros
planes para él.
Hace 29 años, cuando hizo su Primera Comunión ya sintió una
cierta vocación. Con los jesuitas primeramente y
posteriormente con los Salesianos, se centró en buscar que
es el hombre, quien és y hacia donde va.
Durante la entrevista destaca que “la misión que me pone
Dios en el inicio es alavarlo a través de la Eucaristía y
todo comienza así, me va enamorando y me va seduciendo, con
grupos juveniles, con visitas apostólicas a los ancianatos,
orfanatos, penitenciarías, en las catequesis, en el
testimonio que me han dado mis padres, mis seres queridos, y
a partir de ahí sentí la necesidad de dar a la gente todo lo
que me ha dado Dios, y soy testimonio de ello”.
Con los salesianos formó parte del Movimiento JOVI (joven en
busca de Unidad) viviendo su experiencia pastoral se
interesó mucho por la vida de los jóvenes en la calle. De
igual manera, al formar parte de los grupos juveniles y
asistir a ancianatos y residencias y ver a personas
abandonada eso le afectaba mucho y “ahí es donde el Señor me
sedujo aún más y donde sentí como me decía ‘Robert ahí es
donde te quiero’”.
Estando estudiando Filosofía, un amigo le invita a
acompañarlo a la comunidad de los ‘Operarios del Reino de
Cristo’ donde finalmente ingresa él y el amigo decide seguir
por otro camino, siendo hoy en día es profesor de filosofía
de Colombia.
Llegó a España en el año 2003. En Toledo cursa los estudios
de Teología y asesorado por su director espiritual opta por
la Diócesis de Cádiz y Ceuta, en cuyo Seminario de San
Bartolomé ha permanecido durante el último año, ejerciendo
su labor pastoral en Vejer y Ceuta.
Asegura que Andalucía es muy parecida a su tierra destacando
que las gentes son muy simpáticas, alegres, amables, por lo
que no le ha costado adaptarse, resaltando que todo el mundo
lo ha acogido muy bien.
Durante esta experiencia que lleva vivida en Andalucía, ha
podido comprobar que hay mucho en lo que trabajar. A este
respecto, Robert asegura que “en América Latina hay
necesidades económicas pero hay mucho amor, aquí hay muchos
medios económicos pero no hay tanto amor, además de notarse
una cierta falta de formación”.
Robert Mauricio hizo un especial llamamiento a la
preservación de la familia como tal, asegurando que “allá en
Colombia todavía se conserva la imagen de la familia,
todavía existe el papá y la mamá, algo que en Europa se está
perdiendo y hay que volver a reconducir esta situación y que
vuelvan hacerse fuerte esas figuras del padre y la madre
para no perder algo tan importante como la figura de la
familia”.
Tras la ordenación como diácono de transición, Robert
Mauricio volverá a presentarse ante el obispo de la Diócesis
de Cádiz y Ceuta a finales del presente año o primero de
2012 para dar el último paso decisivo y ordenarse sacerdote.
De momento ofrecerá sus servicios en Ceuta y asegura que al
considerarse una persona “todo terreno”, estará a
disposición de aportar y hacer valer sus vivencias allá
donde se le necesite, trabajando tanto para los jóvenes,
como para los mayores o los más necesitados.
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