La Catedral se llenó de fieles para la ordenación del ceutí
Pedro Jesús Heredia como sacerdote. Junto a él también entró
a formar parte de la familia de la Iglesia el diácono,
Robert Mauricio Ávila. El obispo, Antonio Ceballos, presidió
un emotivo acto al que también asistió el presidente Juan
Vivas así como otros representantes de la Ciudad Autónoma.
“¿Quieres consagrarte al servicio de la Iglesia?”. Así
comenzó el momento cumbre del acto de ordenación, celebrado
en la Catedral, del sacerdote ceutí Pedro Jesús Heredia y
del diácono, de nacionalidad colombiana, Robert Mauricio
Ávila.
El obispo Antonio Ceballos Atienza fue el encargado de
presidir un momento que no se vivía en Ceuta desde hace
varios años. Por ello, el presidente Juan Vivas también
estuvo presente junto a otros representantes de la Ciudad
Autónoma.
Arropando a los nuevos miembros de la Iglesia se
encontraban, además, el vicario de Ceuta, el rector del
Seminario de Cádiz, así como una nutrida representación de
sacerdotes y capitules.
Antes del instante de la ordenación, el obispo pronunció una
homilia en la que hizo hincapié en la importancia de ‘la
llamada’ del Señor al término que recalcaba que todo era
“cuestión de fé”. Al sacerdote y al diácono, explicó
monseñor Ceballos, les espera un “ejercicio diario” donde
deberá primar el “verdadero espíritu de amor a los pobres y
de trabajo por las vocaciones”.
El obispo también se refirió a la festividad que se celebra
hoy, San José. El hecho de que la ordenación se celebrara en
la víspera era, en opinión del obispo, de gran importancia
dada la relevancia del santo como “protector de la Iglesia”.
Los familiares del presbítero y el diácono también contaron
con las palabras del obispo quien señaló que los padres
debían ser “generosos” al entregar a sus hijos, “no tengáis
miedo”, dijo.
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