La Guardia Civil ha activado un control permanente en el
Monte Hacho, en las proximidades la Planta de Transferencia
de Urbaser para prevenir el acoso diario que los inmigrantes
realizan sobre las instalaciones para subirse en los
camiones que parten hacia el puerto. EL PUEBLO fue testigo
ayer de la primera batida en el exterior de la instalación
desde que se tomara la decisión de ubicar un servicio
permanente y que fue efectivo desde este pasado fin de
semana, en el que este diario ya informó de la mayor
presencia de agentes del instituto armado en el lugar.
Durante la mañana de ayer se interceptaron a 7 inmigrantes.
Delegación del Gobierno ha movido ficha en relación al
permanente acoso que se sufre en la Planta de Transferencia
de Urbaser a causa de la presencia de decenas de
inmigrantes, fundamentalmente subsaharianos, en sus
constantes intentos de ocultarse en las bateas donde se
transporta basura a la península.
La labor la realiza desde este pasado fin de semana la
Guardia Civil de una manera permanente y ayer lunes se
realizó la primera batida de prevención alrededor de la
instalación ubicada en el Monte Hacho.
La salida constante de camiones estaba siendo un reclamo
diario para los inmigrantes del CETI en su desesperado
intento por dar el salto a la península, con el riesgo
incluso para sus vidas. Hace sólo dos meses un argelino
oculto en la carga de uno de los camiones murió al volcar el
vehículo.
La 2007 Comandancia de la Guardia Civil ha situado un
servicio diario en el lugar. Una patrulla tendrá presencia
permanente en la zona y alertará a un mayor número de
unidades si la presencia de inmigrantes supera las
previsiones.
Se estima que cada día merodean alrededor de una decena de
inmigrantes en las horas en las que los camiones se dirigen
al puerto tras cargar el contenedor con los residuos sólidos
urbanos que acaban en un vertedero del Campo de Gibraltar.
Riesgo
La situación comenzaba a ser insostenible para el personal
de la Planta de Transferencia. El perfil del inmigrante que
en estos meses hacen presencia en el entorno “es agresivo”,
indican representantes de los trabajadores. “Ahora les dices
que se alejen y se te encaran”. “Parece que no entienden que
les avisas del riesgo que supone que suban a un contenedor
cuando se encuentra en proceso de llenado”.
Los responsables de la Planta habían indicado el problema
que se suscitaba por esta causa y se han encontrado con la
respuesta rápida por parte de la Delegación del Gobierno y
la Guardia Civil, a la que se le ha encomendado la labor.
Siete interceptados
En la primera de las operaciones preventivas realizadas en
el lugar, de la que EL PUEBLO fue testigo de expcepción, se
interceptaron a siete inmigrantes subsaharianos que
intentaban camuflarse en los alrededores de la planta para
evitar ser vistos por los agentes.
Los irregulares, todos ellos residentes en el CETI, fueron
hallados en el monte anexo, escondidos entre el murete de la
alambrada e, incluso, en el interior de uno de los
contenedores que iban a ser izados a un camión.
La presencia de los guardias civiles no pasa desapercibida
para estos inmigrantes. En un juego del ‘ratón y el gato’,
los subsaharianos tratan por todos los medios de no ser
detenidos. Algunos salen a la carrera por el peligroso
límite del acantilado de la cara norte de la Planta de
Transferencia. Ayer un inmigrante estuvo a punto de
deslizarse hasta caer al vacío, de no ser por uno de los
agentes que logró sujetarlo y subirlo pendiente arriba hasta
zona segura. El joven que huía sólo tenía 22 años.
En el CETI los inmigrantes no están retenidos. Desde ahí
pueden transitar por toda la ciudad y muchos de los actuales
residentes tratan de cruzar el charco, bien aupándose a un
camión en el puerto, bien en uno de los que trasladan la
basura a la península.
La Guardia Civil, que tiene establecidos controles en la
zona de preembarque portuario, ahora ha montado un servicio
permanente en el Hacho.
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