LUNES. 14
Carlos Bringa me llama por teléfono. Y, por supuesto,
le presto toda la atención del mundo a quien siempre me ha
tratado la mar de bien. Me pone al tanto de algunas
situaciones que él cree conveniente contarme, para luego
decirme que el motivo principal de la llamada es para
comunicarme que estoy invitado a la comida que los
socialistas darán en el Parador Hotel La Muralla, debido a
la presencia en la ciudad de Leire Pajín, ministra de
Sanidad. Lo hace de palabra, por si acaso no me llega a
tiempo la invitación que me ha enviado su partido. Le
agradezco el hecho pero también le digo que no sé si podré
estar a las tres de la tarde en el sitio previsto. En fin,
que, debido a que faltan dos días para que se celebre esa
comida-mitin, no tengo ni idea de si me será posible acudir
al Parador. De cualquier manera, agradezco la invitación.
MARTES. 15
Dos de la tarde. Llueve a mares. Y me cobijo en el Hotel
Tryp. Allí hallo a Sergio Moreno hablando con
Francisco Sánchez Paris. Y me sumo a la conversación. No
tengo el menor inconveniente en responder a todas las
preguntas que van surgiendo. Y no me corto lo más mínimo a
la hora de opinar sobre asuntos que he vivido intensamente.
Se habla de cómo actuaron algunos delegados del Gobierno,
del comportamiento de ciertos periodistas, y, desde luego,
de los tiempos que corren y de cómo los medios de
comunicación están actuando en estos momentos. También de
las personas que escriben bien y de las que rellenan páginas
con tan mal gusto como con la sintaxis trastornada. En pleno
intercambio de pareceres, accede a la reunión Luis
Parrilla y Mohamed Chaib. Y la conversación
cambia de sentido y de tono. Es cuando le toca al fútbol
entrar en juego. Y a mí se me ocurre recordar que la
Asociación Deportiva Ceuta lo hace con cierta desgana. Con
una abulia que le está costando la pérdida de puntos que van
a ser decisivos en el tramo final de la Competición. El vino
que bebemos, conviene decirlo, es un Rioja que no está mal.
MIÉRCOLES. 16
Los bomberos (o el cuerpo de bomberos) son una organización
que destaca por los muchos cometidos que cumplen sus
miembros. El bombero, desde hace ya muchos años, no se
limita a extinguir fuegos. Que no es poco. Sino que cumple
un montón de tareas donde, al margen de los conocimientos
requeridos, ha de contar con grandes dosis de valor sereno,
arrojo, amor por sus semejantes, y una preparación física y
técnica inmejorables. Los bomberos, tras muchas actuaciones
destacadas en conjunto e individualmente, han ido ganándose
el afecto generalizado de los ceutíes. Los bomberos han
venido dando muestras, desde hace ya muchos años, de ser
unos profesionales excelentes. Y los mejores comentarios
sobre ellos han venido predominando siempre. Los bomberos de
Ceuta no cuentan con la Medalla de Oro de la Ciudad.
Galardón que sí tienen otros organismos. De modo que hoy me
he enterado de que han decidido solicitar semejante
reconocimiento. Y creo que con toda la razón. Pues los
merecimientos del Cuerpo de Bomberos de esta tierra son más
que reconocidos por los ceutíes. Por tal motivo, bien haría
Juan Vivas en dar los pasos correspondientes para que se
haga realidad tan distinguida como merecida distinción.
JUEVES. 17
Ayer tuve un día muy ajetreado. Lo primero que hice es
visitar a Carlos Chocrón para preguntarle acerca de
la participación de ‘Chocrón Joyeros’ en los actos que se
van a celebrar con motivo de la inauguración del auditorio
de la manzana. Y en el despacho de mi estimado Carlos hube
de quedarme hasta el cierre del local por culpa de una
lluvia intensa que coartaba mi salida a la calle. Luego
estuve en la comida celebrada por los socialistas ceutíes en
el Parador Hotel “La Muralla”. Y, tras la comida, que había
sido tan agradable como la sobremesa, tuve la ocasión de
charlar unos minutos con José Fernández Chacón y
Sergio Moreno, en la terraza cubierta del
establecimiento. Y vino a cuento, en un momento determinado,
que yo les contara cómo actuaba un brigada a quien yo conocí
en el ministerio de Marina, en el segundo año de los sesenta
del siglo pasado. Se llamaba Allegue. Y, cuando
hablaba por teléfono con algún superior, inmediatamente se
cuadraba y daba taconazos y cabezazos. Un día, dada nuestras
buenas relaciones, le dije: mi brigada, por qué les hace a
sus superiores tantas carantoñas por teléfono. Y aquel
brigada no tuvo el menor inconveniente en sincerarse: “Por
si me ven, por si me ven, Manolo”. Sergio Moreno, no tuvo
más remedio que reírse de lo lindo cuando yo le recordé cómo
los hay que cuando yo hablo, de ciertas cosas,
inmediatamente miran hacia los lados temerosos de que mis
palabras sean oídas. ¿Qué temerán los susodichos?
VIERNES. 18
El jueves decidí, debido a que me noté un principio de
catarro, quedarme en casa. Y el teléfono sonó varias veces.
Lo acostumbrado cuando quienes suelen alternar conmigo en la
calle me echan de menos. Uno de los que me llamaron, tras
preguntarme si me había sentido bien en la comida-mitin dada
por los socialistas en el Hotel Parador La Muralla, me dijo
que quería contarme algo sobre el edificio conocido como
Patio Castillo. Y le respondí que era todo oído. Aunque juro
que yo no sabía ni sé nada en relación con este inmueble.
Pues bien, el hombre me puso al tanto de que ahí hay un piso
en el cual figuran cuarenta personas censadas. Y, cuando le
dije que por qué no iba al Ayuntamiento a denunciar
semejante anomalía, me contestó que le era imposible por
razones que yo entendí perfectamente. Incluso se atrevió a
darme el nombre de una persona muy conocida que bien pudiera
estar implicada en esos censos que huelen a chamusquina. Y,
por si fuera poco, me pegó el siguiente soplo: “Habría que
averiguar cuántos pisos de protección oficial le han
concedido a una persona muy destacada y que lleva ya muchos
años tachando de corrupción a todos los que no son de su
cuerda”. Dado que yo no puedo dar pelos y señales, por
razones obvias, del presunto beneficiado, les doy a ustedes
la oportunidad de ponerle nombre al tipo listo.
SÁBADO. 19
Desde los tiempos de Adán y Eva hasta nuestros
días, millones de hombres han hecho la corte a otros tantos
millones de mujeres. En tales circunstancias, las cosas que
se han dicho, que se dicen y que probablemente se dirán son
siempre las mismas. Pero lo que es distinto, lo que cuenta,
no es lo que se dice, sino cómo se dice. El supremo misterio
del estilo radica en eso. Lo expuesto puede leerse en
cualquier curso de Redacción. Buffon, el gran
literato y naturalista francés del siglo XVIII, resumió
ambos conceptos en una gran frase lapidaria destinada a
hacer época. En su famoso discurso de ingreso en la Academia
Francesa, Buffon sentenció: “El estilo es el hombre”. ¡Todo
el hombre! Quería decir que el estilo no es más que el orden
y el movimiento que el hombre pone en la organización de sus
propias ideas. El estilo es el vestido del pensamiento, un
pensamiento bien vestido se presenta mejor (Cherteston).
Del estilo, me ha dado por escribir otras veces, y hasta
puede que lo vuelva a hacer más detenidamente. Aunque hoy me
conformo con rematar estas líneas con algo en lo que yo creo
firmemente: el triunfo de lo bien escrito primará siempre
sobre lo mal escrito. Y es que, por más que se busque hacer
gracia, mala cosa será si no va acompañada esa gracia de un
estilo correcto. Y éste es, o debería ser, como un traje a
medida.
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