Una nueva interrupción masiva en el suministro eléctrico se
vivió en la ciudad ayer sábado. Otra vez numerosos
comerciantes y vecinos, que vieron interrumpida su actividad
normal, llamaron a la empresa del alumbrado para dar avisos
de la avería. Y de nuevo los teléfonos de la empresa se
colapsaron con las llamadas. Como en otras ocasiones, el
sector de la hostelería fue uno de los más perjudicado.
Numerosos ceutíes que iban a tomar café no pudieron a
hacerlo al no funcionar las máquinas.
Ceuta vivió ayer otro ‘apagón’ de luz que afectó a viviendas
y negocios del centro de la Ciudad y el Recinto por el este
y hasta la barriada Zurrón por el oeste. La mayor
interrupción en el suministro de electricidad se produjo
entre las 10.25 y las 10.50 horas, pero la vuelta a la
normalidad fue a media gas, demasiado lenta para gran
cantidad de negocios como cafeterías, restaurantes,
obradores de pan, supermercados y tiendas de modas, entre
otros muchos.
La arteria comercial principal, que conforman el Revellín y
la calle Real fue una de las principales áreas afectadas.
Sobre las 11 de la mañana, Francisco Javier Sánchez, de la
cafetería ‘Vicentino’ contaba que la luz había vuelto a su
negocio, pero de forma parcial. “Ha venido la luz al salón,
pero el horno y la amasadora los tenemos sin funcionar. El
horno necesita una potencia de 360 y luego cuando se
enciende hay que esperar a que se caliente durante una media
hora. Tampoco podemos poner cafés y la gente se nos esta
yendo”, se quejaba este hostelero que a esas horas de la
mañana ya había recibido una evasiva de la empresa de
abastecimiento Alumbrado de Ceuta. “He llamado y me han
dicho que avise a un electricista”, explicó.
Otros industriales no tuvieron tanta suerte y cuando
llamaron a la empresa del alumbrado no pudieron contactar
porque su teléfono comunicaba de forma permanente. En la
calle Antioco, encargados y comerciantes de los negocios
‘San Pablo’, ‘Confecciones Monteagudo’ y ‘El Rincón de Yoli’
se comunicaban de acera a acera las novedades. Y es que el
suministro empezaba a llegar, pero muy débilmente. Tres
cuartos de hora después de que el suministro comenzara a
llegar el primero de los comercios solo tenía encendido un
expositor, mientras el ordenador de caja y el resto del
local estaban aún a oscuras. “Tenemos pasillos enteros
apagados, vuelve muy poco a poco”, explicó Reme Villalba,
una de las dependientas.
Yolanda, la propietaria de ‘El Rincón de Yoli’ se llevo la
peor parte en esa calle. “No entiendo como tengo un hilito
de luz en una bombilla y a la nevera no llega nada. Además,
parece que se va a encender de pronto, suena el motor detrás
del congelador y se vuelve a apagar. Me va a hacer polvo el
ordenador y ya me han fastidiado las ventas del sábado”.
Este pequeño supermercado aguantó sin luz o con
intermitencias desde las 10.30 hasta las 12 de la mañana. El
‘apagón’ afectó a cuatro congeladores, dos neveras grandes,
un peso, un horno y el ordenador. La propietaria, harta de
este y otros incidentes anteriores, preguntaba donde podía
presentar una denuncia.
Tiendas de ropa como la citada ‘Confecciones Monteagudo’,
‘Springfield’ y otras veían como pasaban las horas de la
mañana del sábado y muchos de sus posibles clientes se
marchaban porque no había luz y no podían probarse la ropa.
La cadena de afectados era creciente porque muchos negocios
que prestan servicios a otros tenían sus máquinas paradas y
no podías servir todos los pedidos a sus clientes. Así,
Hassan, un repartidor de pan del obrador ‘El Molino’, en el
Recinto, explicó que en su negocio quedaron parados dos
hornos y dos líneas para la fabricación, una formadora y
otra fermentadora. “Nos hemos quedado cuando teníamos dos
carros con unos 80 kilos de pan. Una línea es para fermentar
y la otra para dar forma al pan ya con la levadura puesta”,
relataba este trabajador. Su obrador abastece a muchas
cafeterías y panaderías del centro y la interrupción le
sorprendió después del turno de noche y en plena faena del
de mañana más centrado en fabricar precocidos que luego son
repartidos a los largo de la jornada. “Esto se paraliza y
¿ahora qué?”.
Mientras Hassan contaba las vicisitudes sufridas en su
empresa, una vecina de la Plaza de los Reyes ‘recitaba’ el
listado de contratiempos vividos un rato antes. El corte de
luz dejo a su casa, como otras cientos de viviendas, sin
microhondas, vitrocerámica y a oscuras en las escaleras.
Los problemas de abastecimienro eléctrico acarrearon la
consiguiente incomunicación telefónica y también, en algunos
casos, de falta de agua. Esto último ocurrió en el edificio
en cuyos bajos está la cafetería ‘Vicentino’. Un motor
situado en la planta baja que se usa para impulsar el agua a
las viviendas del inmueble se paró y provocó que las casas
se quedaran sin abastecer.
La normalidad volvió muy poco a poco a la ciudad. La
redacción de EL PUEBLO fue testigo de este largo incidente
que interrumpió la vida ciudadana. Sobre las nueve y media
de la mañana ya no había acceso al servidor de redacción y
después sufrimos el corte de luz de más de media hora.
Cuando el suministro volvió a llegar lo hizo con muy poca
intensidad, ya que apenas se encendieron las luces del techo
y una impresora.
A la una del mediodía, la ciudad se recuperaba poco a poco
del enésimo ‘apagón’ en los últimos meses.
|
El Mercado se libró, pero un pasillo quedó a oscuras
Los comerciantes del Mercado
Central cruzaron los dedos al conocer el ‘apagón’ que se
estaba produciendo. La ‘caída’ en el suministro afcetó al
pasillo de las carnicerías, pero no a los puestos. Miguel
Pérez, uno de los comerciantes, recordó que “hace dos o tres
meses, vine un domingo y los frigoríficos estaban sin luz
desde el día anterior, pero no se descongeló nada porque
hacia frío”. Este carnicero comentó que las épocas de
problemas con el suministro en el mercado son antes de la
Feria y en Navidad. Cada planta del edificio tiene su cuadro
de luz y los puestos su interruptor general, pero tienen
otros en el interior lo que obliga al vigilante a buscar a
los dueños cuando hay problemas de noche.
|