El Juzgado de lo Penal 1 enjuició ayer a J.J.G.S, el
presunto atracador de una sucursal de Unicaja en Ceuta en
abril del año pasado. La misma persona, que fue juzgada y
condenada por un asalto similar en una entidad bancaria de
Málaga, negó ayer los hechos que se le imputan en Ceuta. La
directora de la oficina atracada prestó ayer el testimonio
más detallado y contundente contra el acusado,
reconociéndolo por tercera vez como autor del robo. Un
policía nacional ratificó los indicios contra J.J.G.S.
El presunto atracador de Unicaja, que se enfrenta a una
petición del fiscal de 5 años de prisión y una multa de
6.930 euros por robo con intimidación, fue juzgado ayer.
Nueve meses atrás en la oficina bancaria de Padre Feijoó
entró un hombre con un chaquetón grande, el cuello cubierto,
una peluca de pelo negro brillante, barba, gafas de aviador
y la típica gorra de bésibol americana. Ayer, en el
banquillo, se sentó J.J.G.S. Un tipo metido en la
cincuentena larga, con aspecto corriente y mostacho poblado.
Se trataba de demostrar que eran la misma persona.
J.J.G.S, juzgado ya en Málaga por un atraco muy similar por
el uso de disfraz, la hora y la forma de colocarse en el
mostrador a la hora de enseñar la pistola, llegó después de
varias ruedas de reconocimientos e identificaciones de
testigos en los álbunes de fotos policiales. También con una
mirada pegada a su cara que a lo largo del juicio se
convirtió en especial. La de la directora de la sucursal
atracada. Esta mujer, superando lo nervios y el miedo, no
retiró la vista al atracador en los cuatro minutos que duró
el asalto. Largos, tensos y muy productivos.
“La mañana fue tranquila. Iba a cerrar la oficina. Bajé los
stores opacos y cerré el pestillo de la puerta. Me senté con
el compañero y empezamos a contar el dinero”, relató la
directora de Unicaja.
Su relato siguió con la entrada en escena del misterioso
hombre de la peluca. “Un hombre tocó al timbre, le abrimos,
entró directo. Llevaba una gorra, gafas y un chaquetón. Se
fue con mi compañero que está en una mesa alta con
mostrador. El hombre le apuntó con una pistola”.
La testigo rememoró sus nervios. “Me dio calor, como un
sofocó, me iba a quitar el pañuelo del cuello y me dijo que
estuviera quieta, que no tenía intención de hacerle daño a
nadie”. Después la escena se acelera. El atracador solitario
-la edad y el disfraz recordaron ayer al hombre que trajo en
jaque a las Fuerzas de seguridad 14 años- mete los billetes
en una mochila, la cierra y deja una advertencia muy clara.
“Meteos en el despacho y contad hasta 50”.
La declarante detalló que su compañero vio por la ventana
que el delincuente se marchaba y pulsó la alarma. La fiscal
le recordó que lo identificó en un álbum policial y en una
rueda de reconocimiento. Sobre esta prueba, la defensa trató
de crearle dudas, pero la directora de la sucursal indicó
que “yo me fijé en las manos, las orejas y la nariz. Lo ví
todo el tiempo de perfil y pedí en la rueda que lo pusieran
de perfil.”
Sobre el resto de las características, detalló que “llevaba
un chaquetón negro o azul, una gorra, gafas de aviador, una
peluca que brillaba y la barba era suya, canosa y gris”.
El segundo testigo en el juicio fue el empleado que contaba
el dinero y que fue apuntado con la pistola. Las únicas
frases del atracador fueron “que metiera todo el dinero en
la mochila y que no estuviéramos nerviosos y no nos pasaría
nada”. Cuando la mochila estaba llena de billetes, preguntó
si había más, pero al enterarse de que tendrían que activar
la apertura retardada de la caja fuerte, desistió del
aumentar su botín y se marchó.
El empleado describió con precisión al asaltante como un
hombre de 55 a 60 años y de 1.65 a 1.70 de estatura que iba
“muy embozado”, pero su barba era “real, entrecana y muy
poblada”. “Aparenta que es esa persona, pero no lo aseguro
al cien por cien”. El testigo dio la misma respuesta en la
sala y en la rueda de reconocimiento. Otra característica
del hombre de la peluca era que hablaba “de forma educada,
tranquila y sin ningún acento”. Por último, el testigo
explicó que miró por la ventana, observó al atracador
alejarse y entonces la directora llamó al 112.
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El ‘hombre de la peluca’ quiso más dinero en Ibercaja
El ‘hombre de la peluca’ tardó
cuatro minutos en hacer el atraco de Unicaja en la calle
Padre Feijoó, de Ceuta. Apuntó con su pistola al cajero, le
hizo meter los billetes en su mochila, pero no le obligó a
abrir la caja fuerte con apertura retardada. Sin embargo, en
Málaga, se demoró más tiempo, hasta 15 minutos, según se
expuso ayer en el juicio. Pidió la apertura de la caja y
mientras esta se abría, alguien a través de la cristalera de
la oficina vio algo raro y aviso a la Policía. Los agentes
llegaron y arrestaron a J.J.G.S. Fue el 23 de abril en la
oficina de Ibercaja en el Bulevar Luis Pasteur. J.J.G.S.
aceptó dos años de prisión en el juicio de Málaga.
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