El Centro Penitenciario Los Rosales ha experimentado,
durante este ejercicio, un “gran movimiento”, tal y como
confirmó el propio director, Juan Hernández. Y es que más de
2.000 personas han transitado por las celdas de la prisión
ceutí, con un total de 1.019 ingresos y una suma de 1.052
bajas, quedandfo actulamente una poblacióin reclusa de 274
ciudadanos. Con respecto a los delitos, el 85% de los
internos cumple condena por el tráfico de drogas mientras
que en un segundo plano estarían los delitos contra la
seguridad del tráfico y los robos. En cuanto a las
nacionalidades de los presos, el 58% son españoles y el
resto, extranjeros.
Más de 2.000 reclusos han pasado durante el 2010 por las
celdas del Centro Penitenciario Los Rosales, de los cuales
1.019 han sido ingresos mientras que otros 1.052 han sido
bajas, quedando hasta la fecha un total de 274 internos.
Un movimiento ”de los grandes”, según el director de la
prisión ceutí, Juan Hernández, pero que continúa el descenso
en el volumen de presos iniciado el año pasado, tanto en la
cárcel de Ceuta como en las prisiones de todo el país. Por
lo que, teniendo en cuenta las características espaciales de
la cárcel ceutí y la población experimentada este ejercicio,
“estamos muy satisfechos con el trabajo realizado por los
funcionarios que componen la plantilla, que realizan el
grueso de las labores y sin conflictos importantes que hayan
alterado el ritmo diario del centro”, valoró Hernández.
Unas cifras que no son alarmantes pero tampoco “habituales”
aunque la situación geográfica de Ceuta y la peculiaridad de
su frontera tienen como hándicap el “efecto llamada”, es
decir, “personas que cruzan a Marruecos para pasar hachís y
una vez detenidos, la cárcel más próxima es la nuestra”,
apuntó el responsable de la institución penitenciaria. De
tales declaraciones se constata el hecho de que el 85% de
los reclusos ceutíes cumplen penas privativas de libertad
por delitos contra la salud pública, y en un segundo plano,
los delitos contra la seguridad del tráfico y los robos.
Íntimamente relacionado con el delito cometido se encuentra
el perfil del preso ceutí que, bajo la descripción de Juan
Hernández, director del centro, sería “no peligroso, que no
ha agredido a nadie, que asume su detención y se dispone a
cumplir su condena, pero sin ser conflictivo”. Aunque de la
tónica general mantenida en Los Rosales se han apartado
otros delitos notorios por los sucesos del Príncipe, tales
como las pedradas, los tiroteos y las lesiones, finalizando
en prisión por “atentado, intento de homicidio o, casi
todos, lesiones, al no haber, en principio, un ánimo de
matar a nadie”. Aunque este tipo de internos son trasladados
a cárceles de la península por razones de seguridad y de
espacio teniendo en cuenta siempre que, “no sean personas
muy vinculadas a Ceuta, sin cargas familiares o hechos que
motiven su permanencia en la ciudad”, aclaró Hernández en
ese intento de “hacer el menor daño posible a las relaciones
familiares”.
Nacionalidades
Atendiendo a la nacionalidad, del total de la población
reclusa, 110 internos de Los Rosales son extranjeros de los
cuales 93 son marroquíes y otros 17 de diferentes lugares de
procedencia, tales como Portugal, Francia, Alemania u
Holanda. En términos porcentuales, un 58% de los presos
ceutíes son españoles, un 35% marroquíes y el 7% restante,
de esas otras nacionalidades.
Y con todos estos datos, el balance final que del ejercicio
de 2010 resulta es que “en la última década tuvimos una
superpoblación de reclusos en las cárceles españolas aunque
parece ser que en los dos últimos años, esta tónica ha dado
la vuelta y en estos dos años anteriores, comienzan a
descender las cifras. Hecho que se da en Ceuta”, concluyó el
director de la prisión ceutí.
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