La ciudad ha registrado un repunte del abandono de vehículos
abandonados que en muchos casos acaban quemados. En lo que
va de año se han investigado 175 incendios intencionados. En
ocasiones, los autores son menores que roban los coches para
darse una vuelta. La mayoría son propiedad de marroquíes que
los dejan o venden en Ceuta por no poder pasarlos a
Marruecos.
La quema de vehículos se ha convertido en una tónica casi
diaria en la ciudad. Según datos oficiales a los que ha
tenido acceso EL PUEBLO, en lo que va de año son exactamente
175 los coches y furgonetas que han sido incendiados de
forma intencionada y que por lo tanto han sido objeto de la
correspondiente investigación por parte de la Policía
Nacional. En algunos casos, los incendios provocados por
estas quemas han afectado a vehículos estacionados en las
inmediaciones del foco, daños “colaterales” que son la causa
de que el Cuerpo de Bomberos tenga registrado un mayor
número de coches quemados.
De acuerdo con las pesquisas de los investigadores, muchos
de los casos que se registran tienen que ver con la acción
de menores de edad que sustraen los vehículos sin otra
intención que “darse una vuelta” por la ciudad. Los chavales
han aprendido que a través de las huellas dactilares que
dejan en los coches se les puede identificar y detener, de
modo que en ocasiones optan por incendiarlos para borrar
estas pruebas.
A pesar de ello, el Cuerpo Nacional de Policía ha detenido y
presentado a la Fiscalía de Menores en lo que va de año a
más de 20 adolescentes por robo de vehículos. Los que tienen
una edad inferior a los 16 años se entregan a sus padres o
tutores, mientras que los reincidentes o los mayores de 16
años ingresan en el centro Punta Blanca.
EL PUEBLO ha asistido esta misma semana a una escena
impactante relacionada con el abandono de vehículos. En una
de las barriadas en las que con más frecuencia se dan estos
casos, varios niños “jugaban” en el interior de un turismo
abandonado. Uno de ellos portaba una llave con la que
manipulaba el interior del coche. No muy lejos, otros
pequeños vecinos de la barriada se dedicaban a arrojar
piezas sueltas, entre ellas, un neumático, por una pendiente
cercana al colegio ‘Reina Sofía’.
No obstante, esta no es la única explicación para la gran
cantidad de vehículos que se queman en las calles ceutíes.
La Policía ha detectado, coincidiendo con la agudización de
la crisis económica, que la gran mayoría, hasta un 90 por
ciento, de los que se abandonan en Ceuta pertenecen a
marroquíes con permiso de residencia en España, donde están
matriculados. Al quedarse sin trabajo, los dueños regresan a
su país a través de la ciudad autónoma con turismos en su
mayoría viejos y sin la documentación necesaria para pasar
la frontera. De este modo, optan por venderlos en Ceuta, a
veces por tan sólo unos cientos de euros, y acaban
desguazados para venderse por piezas en Marruecos y
quemados. Quienes simplemente los abandonan buscan ahorrarse
su entrega para descontaminarlos.
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