Durante estas dos semanas de estudio del entorno de Benzú se
han recogido “más de 70 productos arqueológicos”, algunos de
ellos “de gran calidad válidos para fechar yacimientos”,
explica uno de los co directores del proyecto, Eduardo
Vijande. “Es un material que pasará a ser inmediatamente
estudiado con el equipo” a través de fotografías, dibujos,
descripciones que “serán entregados a la Ciudad Autónoma”.
Vijande destacó que la prospección ha sido importante porque
ha permitido “precisar la movilidad de los grupos
cazadores-recolectores que se tenían documentados en el
Abrigo de Benzú”. Sobre todo, la movilidad se da en la zona
litoral, donde han aparecido un mayor número de yacimientos,
algo que se pone en relación “con la explotación de los
recursos marinos”.
Por su parte, Vijande, destacó la “experiencia” de los
jóvenes arqueólogos que han participado en el estudio. “Se
ha concretado un terreno que es complejo, ya que la
orografía del campo exterior es bastante abrupta y presenta
una vegetación en algunas zonas casi selvática”. “Ha sido
bastante complicado encontrar algún tipo de yacimiento pero
se ha hallado alguno que se encontraba marcado en la carta
arqueológica de la ciudad de 2001 y que por tanto ya fue
localizado por el profesor Bernal”. Las áreas más idóneas
para ver la existencia de “evidencias de poblamiento
prehistórico” son las zonas “más antropizadas hoy en día
como es el caso del litoral y la zona amesetada del campo
exterior en la que hay un buen número de edificaciones”,
finaliza.
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