“Ceuta me ha dado una oportunidad que no sucede muchas
veces, porque no sólo se trataba de dibujar un programa
importante, interesante, sino también un espacio, tener la
posibilidad de solucionar un hueco que existía en el centro
de la ciudad es algo que no ocurre muchas veces a un
arquitecto”. Con estas palabras expresaba ayer el autor del
proyecto de La Manzana del Revellín, Álvaro Siza, su
satisfacción por el trabajo realizado con el complejo
cultural ceutí.
En un pequeño círculo de periodistas, Siza mostró un plano
del complejo con el que había explicado a los representantes
institucionales este espíritu de su proyecto, que “se
integra -dijo- en la trama urbana del casco histórico de la
ciudad”. El arquitecto ha respetado la trama insertando en
el diseño de La Manzana la trayectoria de las calles que
desembocan en este conjunto de edificios. El complejo se
abre asimismo en sus ángulos a los edificios colindantes,
que pueden verse también desde su interior.
El premio Pritzker de Arquitectura señaló asimismo que lo
importante de una obra de estas características es que su
promotor, en este caso, la y su presidente “siempre dieron
un apoyo a esta realización”. Siza recordó que “antes” el
proyecto pasó por “un periodo difícil, pero siempre tuvo
mucho apoyo y vi el entusiasmo con que los representantes de
la Ciudad miraban esta obra”. “Eso para un arquitecto es muy
importante, porque si el dueño de la obra no está interesado
en la calidad, como sucede tantas veces, ningún arquitecto
llega a la calidad”. En la misma línea, el autor del
proyecto afirmó que “el primer arquitecto es el dueño de la
obra, porque si él no quiere, nada se hace”.
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