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OPINIÓN - VIERNES, 15 DE OCTUBRE DE 2010

 

OPINIÓN / EL OASIS

Francisco Márquez
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Debutó como político profesional en las filas del GIL. Por casualidad. Según me dijo él en una entrevista que me concedió para la Revista Siglo XXI. Entrevista en la que tuve la ocasión de hablar por primera vez con el consejero de Economía y Hacienda.

Francisco Márquez, cuando le dio por militar en el GIL, era un militar a quien sus compañeros le auguraban una carrera exitosa. Por lo que no entendían la decisión que había tomado. Aunque no faltó quien me dijo que la ambición política de FM era tanta como para permitirse el lujo de arriesgar cuanto le fuera necesario.

De la entrevista saqué la siguiente conclusión: Márquez trataba por todos los medios de demostrar que su pertenencia al GIL había sido motivada por el deseo de contentar a un amigo. A un medico llamado Hostalé. Puro accidente. Sin más. Y, además, pronto me di cuenta de que estaba ante un hombre con deseos de poder y que sabía muy bien lo que quería y cómo conseguirlo. De momento, ya ha tomado posesión del acta de diputado en el Congreso, sustituyendo a Francisco Antonio González. A quien Márquez le dedica ditirambos a granel.

Destacados militantes del PP se vienen preguntando cuáles son las causas por las que la amistad de González y Márquez ha llegado al extremo de parecer que se aman desde que nacieron. Cuestión imposible, porque mientras que uno nació en Madrid el otro lo hacía en Ceuta. Así que esos militantes del PP han llegado a la conclusión de que el desenfrenado afecto que se tienen ambos es cosa de hace nada. Y andan mosqueados.

Cuando a mí se me ha preguntado al respecto, no he tenido inconveniente alguno en pronunciarme así: Márquez y González visten tan bien cualquier cargo que ostenten que Juan Vivas no ha tenido más remedio que acceder al deseo de los dos. Uno, González, quería por motivos ya muy manoseados quedarse en Ceuta. Y debemos creer en él. Mientras Márquez necesitaba libertad. Y nada mejor que permitirle que la obtenga en Madrid. Donde vivirá, sin duda alguna, a su aire y a lo loco. Y es que el consejero de Economía y Hacienda se estaba ya ahogando en esta jaula de oro que es Ceuta para él.

Precisamente, cuando un político ha requerido mi opinión sobre la posibilidad que pudiera tener FM para, en cualquier momento, convertirse en el sustituto de Vivas, le he respondido lo siguiente: Márquez jamás podrá aspirar a la presidencia de la ciudad porque le cuesta lo indecible permanecer en Ceuta más de cuatro días seguidos.

Vivir en Ceuta por obligación es un verdadero martirio para un Márquez que gusta de pasarse los fines de semana en sitio donde poder darle rienda suelta a su modo de vida. Por lo que vio el cielo abierto el día en el cual Pacoantonio le habló de hacer un trueque que beneficiaba a los dos. Tanto como para convertirse en una pareja que está a partir un piñón.

Ahora bien, Márquez tendrá que andarse con mucho cuidado mientras siga manteniendo funciones que cumplir en el gobierno local. Entre otras razones, porque se ha implicado tanto en asuntos de tanta y tan fea trascendencia, que ya hay francotiradores, apostados en sitios estratégicos, para abatirlo. Quiero decir, que se ha convertido en una presa codiciada. Bajo la mirada expectante de quien más manda en la ciudad. Oído al parche.
 

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