Tal y como se preveía, la situación en el Centro de Estancia
Temporal para Inmigrantes (CETI) pasa de castaño claro a
castaño oscuro. Así lo advertían hace menos de una semana
los propios trabajadores del recinto y las centrales
sindicales de Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General
de Trabajadores (UGT), que los representan.
Tras el altercado acontecido en la mañana de ayer, poco
tardaron ambos sindicatos en “mover hilos en Madrid” para
poner punto y final al “miedo” y la “inseguridad” que los
empleados vienen sufriendo desde el pasado mes de marzo y
que ya denunciaban ante la Delegación del Gobierno el pasado
día 20. A este respecto, “ya lo expusimos públicamente hace
días y no se pueden dar síntomas de normalidad cuando no
existe. Nos hemos puesto en contacto con nuestro
representante federal de Inmigración y nos ha asegurado que
los representantes ministeriales confirman que se tomarán
cartas en el asunto”, explicó Juan Carlos Pérez, secretario
general de Servicios Públicos de UGT.
Del mismo modo, también han reclamado a su Federal “buscar
una solución”, los portavoces de CCOO que ayer mismo
relataron a este medio de comunicación haberse puesto al
servicio de los trabajadores del CETI y contactar con el
máximo responsable de Inmigración del sindicato para que
eleve la situación al Ministerio de Trabajo e Inmigración.
“Nos han prometido que se solucionará los antes posible”,
apostilló Emilio Postigo, secretario general de Servicios a
la Ciudadanía de CCOO.
Las presiones por parte de los sindicatos, de los
trabajadores y de la ciudadanía ceutí en general están en la
caldera. Mientras tanto, los propios empleados detrás del
telón reciben promesas tales como “se solucionará cuanto
antes” por parte de los representantes del Ministerio.
Concretamente, el pasado lunes y no de manera oficial,
visitó el CETI la subdirectora general de Intervención
Social, Amapola Blasco, cuyo departamento pertenece a la
Dirección General de Integración de los Inmigrantes de la
cúpula del Ministerio. Según confirmaron desde Madrid, este
viaje fugaz a la ciudad autónoma era “rutinario” y para
simplemente conocer la situación actual del centro. Claro
que a los trabajadores se les aseguró una respuesta que, por
el momento, cabe esperar.
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