Mientras que en 2009 fueron concedidas 106 libertades
condicionales, en lo que va de este año el número de
expedientes tramitados ya ronda los 78, por lo que desde el
Centro Penitenciario Los Rosales preven que en este
ejercicio se superen. De manera paralela, los reclusos en
tercer grado también rondan los 80, lo que significa que han
cumplido más de la mitad de su condena.
Alrededor de 78 internos del Centro Penitenciario Los
Rosales tienen ya marcado su expediente con vistas a la
obtención de la libertad condicional. Una cifra que se puede
considerar alta teniendo en cuenta que en el pasado
ejercicio se tramitaron 106 permisos de este tipo.
Además, y según señalaron desde la cárcel ceutí, el que se
tengan sobre la mesa más expedientes de libertad condicional
se traduce en un incremento de reclusos que se encuentran en
el tercer grado de su condena, siendo este uno de los
requisitos para el estudio de la condicional.
“La gran mayoría son expedientes favorables para que a esa
persona le den la libertad condicional, cumpliendo
requisitos mínimos como la estabilidad en el trabajo, el
proceso formativo superado, es decir, todo aquello que se
enmarca dentro del razonamiento subjetivo”, argumentó Máximo
Martínez, subdirector de Tratamiento de la cárcel ceutí.
Cuando un interno ya ha obtenido este permiso, su vida la
realiza en el exterior aunque sigue dependiendo de la
prisión y sus normas, tales como la firma cada mes en los
Servicios Sociales, la asistencia a un programa de
drogodependencia u otras medidas correctoras. “La diferencia
entre el tercer grado y la libertad condicional es que en el
primer supuesto, el recluso duerme dentro del centro, del
que sale y entra con permisos, mientras que el otro ya
habita en sociedad”, perfiló Martínez.
Con vistas a este tercer trimestre del año, desde Los
Rosales preven un incremento de libertades condicionales con
respecto a 2009, llegando a estar por encima de los 106
expedientes. Pero, para el disfrute de la misma, el interno
debe cumplir tanto los requisitos objetivos como subjetivos.
“Estar en tercer grado y haber cumplido las tres cuartas
partes de la condena es lo imprescindible porque, de lo
contrario, no existe esa retribución por nuestra parte,
además de lo que exige la ley en el artículo 90 del Código
Penal. Todo ello en cuanto a libertad condicional ordinaria
se refiere”, apostilló el subdirector de Tratamiento.
Clasificación penitenciaria
Lo que marca el régimen de vida de un preso es su
clasificación penitenciaria, es decir, el grado de su
condena.
Los reclusos de mayor peligrosidad o antisociales, que no
son capaces de llevar un régimen de vida ordinario y sobre
los que pesa una mayor vigilancia, estarían enmarcados en el
primer grado. De estos, “no hay ninguno en Ceuta”, afirmaron
desde la cárcel ceutí.
Al segundo grado pertenecen los presos con régimen de vida
ordinaria aunque dentro de prisión y sin salir al exterior.
Concretamente en Los Rosales, unos 50 reclusos se mantienen
en este grado a expensas de cumplir los requisitos
necesarios para la obtención de un primer permiso e iniciar
las relaciones familiares que quedaron atrás con la condena
privativa de libertad. “Este grado es un cajón de sastre
porque hay de todo, desde personas que cumplen penas por
narcotráfico, pasando por violencia de género, el robo o la
libertad sexual”, explicó Máximo Martínez, subdirector de
Tratamiento del centro penitenciario de la ciudad.
Y en el tercer grado, el interno ya tiene la opción de salir
al exterior para citas concretas, como trabajar, estudiar y
siempre, cumpliendo un perfil de baja peligrosidad y pocas
probabilidades de volver a reincidir en un delito. Como
característica especial, dentro de Los Rosales hay otra
cifra de presos que no están clasificados por grados, ya que
se encuentran a la espera de juicio pero están privados de
libertad con carácter preventivo. Aquí se situarían unas 140
personas más dentro de la prisión ceutí. Casi todas las
libertades condicionales concedidas por Los Rosales son
ordinarias aunque, dependiendo del caso, pueden darse
diferentes modalidades.
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