Las tasas de infección por VIH en las prisiones han
disminuido marcadamente, pero siguen siendo muy superiores a
las de la población general. El sistema penitenciario
español trata de responder a los principios de la salud
pública y tiene incorporada una amplia gama de medidas de
control de enfermedades infecciosas, que incluye pruebas de
detección voluntarias, vacunación, educación, formación,
reducción de daños, tratamiento, reinserción social y
vigilancia epidemiológica. Este enfoque integral y el
respeto a los derechos humanos constituyen los elementos
básicos de la estrategia contra la infección por VIH en las
cárceles.
Así, en el Centro Penitenciario de Los Rosales se han
desarrollado programas para informar a los internos e
internas de la prisión sobre los mecanismos de prevención
del VIH/SIDA y otras ITS, promoviendo prácticas de sexo más
seguro.
De esta manera, se han desarrollado talleres de prevención
dirigidos tanto al módulo de hombres como de mujeres, con
participación de un total de 68 internos. El número de
usuarios de drogas inyectadas que se infecta ha disminuido,
en primer lugar, porque quienes usan la vía parenteral para
consumir droga también han disminuido y porque muchos de
ellos lo hacen de forma esporádica.
Por otro lado, en los ya referidos talleres de prevención
que también se desarrollaron en el Centro de Estancia
Temporal para Inmigrantes (CETI) durante el pasado año
formaron en esta materia a un total de 2.962 residentes.
|