Los ruidos y las molestias vecinales han sido la tónica
general desde que el sindicato CCOO decidiera permitir
tambores, vuvuzelas y demás instrumentos para ‘hacerse
notar’. También comenzaron con el aumento de los cortes de
tráfico. Ya no era una inofensiva subida y bajada desde
Delegación del Gobierno hasta el Palacio Autonómico y
viceversa, sino que provocaba cortes interminables de
tráfico y problemas mayores para la actuación de los
servicios de emergencia. Los ciudadanos ya estaban hartos.
Comercios del centro afectados con la consiguiente reducción
de ventas durante esa hora. Ahora CCOO no puede recurrir
nada. Simplemente, acatar lo que la resolución de Delegación
ha propuesto para el respeto del derecho de todos los
ceutíes.
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