El Pleno de la Asamblea aprobó ayer por abrumadora mayoría
con los votos a favor de los Grupos Parlamentarios Popular y
Socialista y del diputado no adscrito de IU y la sola
oposición de UDCE la creación de la denominada Fundación
Ceuta Crisol de Culturas 2015, el motor que desde la
colaboración con la sociedad civil y el sector económico
privado se encargará de dinamizar y darle repercusión
“nacional e internacional” al sexto centenario de la llegada
a Ceuta del Reino de Portugal como punto de inflexión y de
encuentro entre culturas en este rincón del mapa “marcado
desde entonces por la convivencia entre distintos”.
Un mes de conversaciones no fue suficiente para que el
Gobierno ceutí convenciese a UDCE de las bondades de la
creación de la Fundación Ceuta Crisol de Culturas 2015, que
ayer volvió al Pleno después del intento fallido de junio, y
la constitución de la entidad se aprobó pasado el mediodía
por abrumadora mayoría con los votos a favor del PSOE e IU
pero sin el consenso que dijo anhelar el PP, que a través de
Márquez instó a los de Ali a recapacitar y a sumarse al
proyecto en un futuro.
A pesar de ello el consejero defendió lo acertado de haber
pospuesto el debate de la iniciativa para elaborar una
propuesta “renovada y enriquecida” que introduce lo de
‘Crisol de Culturas’ en el nombre de la Fundación y retoca
sensiblemente su exposición de motivos “para interpretar
desde la laicidad la Historia de nuestra ciudad frente a
posiciones caducas, recoger mejor las sensibilidades de los
grupos étnicos, religiosos y culturales que componen Ceuta y
no incrementar el gasto público”.
Márquez recordó que a esta tierra llegaron en el siglo VII
los árabes y en el XV los portugueses a sangre y fuego,
“como los españoles a América en 1492”, pero que ello no es
óbice para utilizar la efeméride que se nos presenta más
cercana en el horizonte con el propósito de “celebrar y
conmemorar el primer encuentro en África de la potencia
dominante y el Islam en un lugar donde nunca han dejado de
encontrarse con grandes consecuencias culturales”.
“Todos somos en Ceuta”, dijo Márquez queriendo exhibir
altura de miras, “orgullosos herederos de todos, del
magnífico legado romano y del esplendor árabe; del Reino de
Portugal y, por supuesto, de los ceutíes que en 1640
quisieron ser españoles. De lo que se trata”, dijo, “es de
potenciar la convivencia como uno de nuestros capitales
fundamentales”.
“En el siglo XXI”, terminó, “tenemos la necesidad de que se
nos conozca por unos valores que priman en todas las
sociedades democráticas y de Derecho”, defendió Márquez
antes de enumerar a las más de 40 entidades sociales,
deportivas, religiosas y empresariales que se han
comprometido a secundar la propuesta.
“Nos hace un flaco favor”
Desde la bancada de la oposición el líder de UDCE, Mohamed
Ali, hizo girar sobre tres ejes su anunciado rechazo a la
propuesta: a) es imposible abstraerse a que lo que se
pretende celebrar fue un hecho bélico protagonizado por un
Reino, el de Portugal, que veía a Ceuta como un estupendo
presidio; b) sería mucho mejor conmemorar, dentro de treinta
años, el cuarto centenario de la adhesión de la ciudad a
España, “que es lo que somos”; y c) no se puede vender como
austero un proyecto que duplica las funciones que ya tiene
la Fundación Premio Convivencia.
Ali fustigó a Márquez sin éxito en busca de cifras sobre
cuánto aportará el sector privado a la Fundación y censuró
que a su Comisario lo vaya a nombrar el Consejo de Gobierno
y no el Consejo Rector de la misma, aunque el consejero
aseguró que “no es caprichosa ni la intención, ni el momento
ni la forma jurídica elegida, que no carece de interés
partidista alguno”.
La portavoz socialista, Inmaculada Ramírez, dejó pasar su
primer turno de palabra una vez anunciado el lunes que su
grupo votaría a favor reiterando su exigencia de austeridad
y en el segundo, después de que Ali dirigiese hacia sus
condiciones el centro de atención del debate, apremió a
Márquez: “No nade guardando la ropa y díganos quién va a
pagar el sueldo del Comisario, a lo que está supeditado
nuestro voto”.
El consejero dijo primero que a quien nombra la
Administración le paga la Administración, lo que dejó
cariacontecida a Ramírez, que acabó alzando la mano junto a
Populares e IU en la votación después de que Vivas asegurase
que ese salario con rango de director general irá en el
apartado de Gastos de funcionamiento a sufragar con
aportaciones privadas.
El diputado no adscrito Mohamed Haddu Musa, que dijo no
tener intención de hablar, lo hizo finalmente para denunciar
la hipocresía que supone “querer poner en valor la
convivencia en una ciudad donde brilla por su ausencia y las
dos comunidades mayoritarias se miran de reojo” aunque
terminó dando un voto de confianza a la idea si sirve para
cambiar tal situación.
Márquez agradeció la “sinceridad” de sus palabras, pidió a
todos “centrarse en lo positivo porque no conmemoramos nada
negativo más allá de aprovechar una fecha para relanzar
nuestra convivencia”.
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