Las perspectivas no son tan negras. El desarme arancelario
marroquí tendrá consecuencias sobre Ceuta pero no tan
graves, sobre todo teniendo en cuenta que el crecimiento del
país vecino podría compensarlas. En todo caso, no vendría
mal entrar en la Unión Aduanera y obtener el estatus
singular de la UE, opinan dos expertos de la Universidad de
Granada.
Los efectos sobre Ceuta del desarme arancelario que
Marruecos y la Unión Europea prevén culminar en los próximos
años, que acarrerará un abaratamiento de determinados
productos de los que el país vecino sigue nutriéndose a
través de esta ciudad, no será tan grave como han previsto
algunas voces. Esa es la previsión que arroja la ‘Propuesta
metodológica para estimar el impacto del desarme arancelario
de Marruecos’ elaborada por José Aureliano Martín y
Alejandro Ramírez, de la UGR, para la monografía ‘Estudios
sobre el Régimen Económico y Fiscal de Ceuta. Presente y
futuro’.
En su estudio, a la luz de la evolución del modelo económico
de Ceuta y de los modelos clásicos de análisis comercial
internacional, ambos expertos concluyen que “las primeras
estimaciones indican que el desarme ejercerá una influencia
significativa sobre la evolución de la economía local a
través de la disminución de las importaciones” pero
consideran que “esto puede quedar compensado vía crecimiento
económico del país vecino”.
Marruecos se ha propuesto convertirse en un país emergente
en 2020. Según su Ministerio de Industria su crecimiento
anual del PIB ha aumentado desde un 3,2 por ciento de media
entre 1998 y 2000 al 5,2 entre 2002 y 2008 y al 5,6 en 2009.
Con esa perspectiva el mayor temor que manifiestan los dos
especialistas en su dictamen pasa porque Ceuta se pueda
quedar “en una situación de aislamiento” cuando los vínculos
comerciales entre Rabat y la Unión Europea lleguen a su
culmen con un libre comercio pleno. “Esto sería así en el
caso de que se intensificara el comercio a expensas de la
reducción de la intensidad comercial entre Ceuta y la UE,
por una parte, y con el país vecino por otra”.
“Ante esta hipótesis”, advierten Martín y Ramírez, no cabría
duda de que la ciudad quedaría marginada de los tráficos
comerciales dentro del triángulo UE-Marruecos-Ceuta, en cuyo
caso lo más conveniente sería integrarla en la Unión
Aduanera comunitaria “por razones ante todo estratégicas”.
Para los autores ante tal situación además de este paso
sería “necesario” dotar a Ceuta “de las ventajas de región
ultraperiférica como única forma de frenar el continuo
deterioro de su modelo económico, por un lado, y de
reconocer su particularidad de aparecer ligada al desarrollo
de un país emergente, a pesar de pertenecer a la UE”.
“En definitiva”, rematan su diagnóstico, “el aislamiento de
los centros económicos nacionales y comunitarios, que ya se
ha encargado la geografía de marcar, no debe verse agudizado
por el nuevo esquema de relaciones comerciales que involucra
a las economías de su entorno”.
“La política económica local debe aprovechar la sinergia del
desarme para dejarnos en una situación favorable de cara a
su convergencia real con el resto de regiones europeas”.
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