El Gobierno de la Ciudad espera tener en sus manos “en julio
o, como muy tarde, en septiembre” el informe que ha pedido a
la consultora KPMG sobre la reestructuración del sector
público empresarial de la Ciudad, un ámbito en el que dicha
empresa ya tiene experiencia después de haber cerrado hace
apenas unos meses un dictamen similar en Madrid, sobre las
cuatro directrices maestras fijadas por el consejero: no
destruir empleo público, adelgazar la estructura directiva
de las empresas municipales, evitar duplicidades en sus
objetos sociales y suprimir gastos innecesarios para lograr
un ahorro efectivo.
El consejero de Hacienda y Recursos Humanos de la Ciudad,
Francisco Márquez, desveló ayer en el Pleno las cuatro
directrices sobre las que ha pedido a la prestigiosa
consultora KPMG que elabore un informe para reestructurar el
sector público empresarial local: que no se destruya empleo
público, “adelgazar” las estructuras directivas de estas
sociedades, evitar “duplicidades” en sus objetos sociales y
conseguir un “ahorro efectivo” en su funcionamiento para las
arcas municipales sin que ello suponga que empeoren los
servicios que prestan.
Márquez espera tener el dictamen externo solicitado en sus
manos “en julio o, como muy tarde, en septiembre” aunque el
Gobierno presidido por Juan Vivas baraja como primera opción
la de ponerlo en práctica, en caso de que el PP vuelga a
ganar las elecciones el año próximo, durante la legislatura
venidera.
El consejero dio a conocer estos planes ayer en la Sesión
Plenaria Ordinaria que acogió la Asamblea durante el debate
de una de las mociones que elevó a la Cámara el primer grupo
de la oposición, UDCE, que vio como se aprobaba por
unanimidad su iniciativa para extremar el control del gasto
en las empresas y organismos autónomos de la Ciudad.
El Ejecutivo local tiene en Sevilla una de sus referencias
sobre cómo encarar este trabajo. La capital hispalense tiene
un panorama con muchos parecidos con el ceutí en su sector
público empresarial: sociedades que cierran cada año con
números rojos, en algunos casos insostenibles, y otras con
beneficios que palían las pérdidas de las anteriores. El
Ayuntamiento de la capital hispalense dio en marzo un nuevo
paso adelante en su estrategia de ordenación de estas
entidades. Ya contaba con una Agrupación de Empresas
Municipales creada para homogeneizar las cuentas, estrategia
que sin embargo ocasionó que empresas hasta ahora saneadas y
bien gestionadas terminaran sufriendo desequilibrios y
muchas pérdidas por la política de compensación. Dicha
Agrupación se convirtió en Corporación para establecer
estrategias conjuntas y coordinadas, aprovechar sinergias y
economías de escala, centralizar recursos, armonizar
criterios administrativos y financieros y diseñar políticas
financieras y de tesorería armonizadas”.
Durante su debate Márquez y Ali coincidieron en la necesidad
de “evitar dobles esfuerzos” y de buscar “el ahorro
económico que puede suponer la colaboración y
aprovechamiento mutuo de los recursos humanos y materiales
disponibles entre las distintas entidades públicas, con el
que sin duda se podría conseguir una contención del gasto y
una optimización global del gasto público”.
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