Antonio Merlán Galán, gallego, comenzó su carrera militar
en el Campamento de Instrucción de Reclutas de Figueirido,
en Pontevedra. Desde ahí, ha llegado a ser coronel y jefe de
la Unidad Logística número 23 de la ciudad, un puesto que
lleva ejerciendo desde julio de 2007 y que en breve va a
abandonar para ingresar en la Secretaría Técnica de la
Dirección de Sanidad del Ejército de Tierra en el Cuartel
General del Ejército en Madrid. Antonio Merlán hace un
balance de lo que han sido sus años en Ceuta y al mando de
esta unidad y señala que se ha sentido totalmente
identificado con los ceutíes mientras que destaca que ha
podido hacer honor al que es el lema de la ULOG 23: “Servir
para servir”.
Pregunta.- ¿Cuándo comenzó su mando en la Unidad
Logística número 23?
Respuesta.- Estando destinado en el Cuartel General de la
Comandancia General de Ceuta, al ascender a coronel en el
mes de julio del año 2007, tuve la suerte de que, en el de
septiembre, quedara vacante esta unidad y me destinaran para
ejercer su mando.
P.-¿Cuáles son las principales operaciones que ha llevado
a cabo en esta Unidad? ¿Cuáles recuerda con más cariño?
R.-Lo que yo considero más importante, ante todo, es haber
podido hacer honor al lema de la Unidad Logística, que es el
de “Servir para servir”. Para mí ha sido muy importante el
haber apoyado a todas las unidades de Ceuta en su misión. Sí
recuerdo, sin embargo, con especial cariño y orgullo,
operaciones como los apoyos a la población cuando ha quedado
cerrado el Puerto -con agua, mantas y alimentos calientes-,
el apoyo destinado a la Cruz Blanca -de planificación,
vestuario o comida- y el apoyo a las distintas actividades
infantiles que se han realizado en Ceuta tales como las
acampadas o las competiciones.
P.-¿Qué le han aportado estos años?
R.-Desde luego, formación personal; desde el punto de vista
militar y social pero, sobre todo, desde el moral. Me he
sentido totalmente identificado con el pueblo de Ceuta y en
todo momento he sentido su apoyo y su calor: desde que
llegué a la ciudad me he sentido como en mi propia casa.
Siendo como soy, gallego, he desfilado con el Cristo de
Medinaceli, he participado en las jornadas de la UNED, en
las fiestas de la Tertulia Flamenca y en la Feria, he dado
la vuelta al Hacho y comprado en el Tarajal y he participado
en muchas otras actividades como un ceutí de toda la vida.
P.-¿Qué valores le ha aportado la vida militar?
R.-No quiero presumir, ni decir que los tengo, pero, en
contra de lo que muchas veces se suele comentar, pienso que
la vida militar forma el sentido común, el espíritu de
sacrificio y la responsabilidad y te enseña a trabajar en
equipo y a respetar a las personas. Hoy en día un militar
asume como suya la defensa de los derechos humanos.
P.-¿Tiene algún consejo para los jóvenes que van a
ingresar en la vida militar?
R.-Se tienen que entregar y también disfrutar de una vida
sana con valores éticos en la cual, como en todas las demás
actividades a las que todos tenemos que enfrentarnos, hay
alegrías y penas, momentos de sacrificio y de descanso. Sin
embargo, con trabajo y con constancia, las alegrías siempre
superarán con creces a las penas.
P.-En estos momentos, con la crisis económica tan dura
que estamos padeciendo, muchos jóvenes están volviendo su
mirada a la vida militar como un trabajo seguro y bien
remunerado. ¿Cree que la vocación para ingresar en este
mundo es básica y no únicamente la oportunidad de tener un
buen puesto de trabajo?
R.-El ingreso en la vida militar puede responder a muchas
razones y desde luego que una de ellas es el tener un buen
trabajo. Sin embargo, la mayoría de las personas, una vez
dentro de este mundo, se identifica con los valores
militares y se encuentra a gusto con lo que hace en esta
profesión: yo diría que encuentra su vocación en la defensa
de estos valores. Y ya dentro del Ejército, hay muchos
destinos y tareas donde las habilidades de cada uno
intervienen y se encuentra más o menos a gusto; aquí hay
lugar para todo el que tengo algo que aportar. En mi
opinión, la gente que no se identifica con esos valores no
se encuentra bien desde el primer momento y se le hace muy
difícil mantenerse en la vida militar.
P.-¿Cuál va a ser su próximo destino?
R.- Mi próximo destino será la Secretaría Técnica de la
Dirección de Sanidad del Ejército de Tierra en el Cuartel
General de Madrid. Un campo muy amplio el de la Sanidad
Militar, que se encuentra en los últimos años sumergido en
una constante reestructuración y mejora.
P.-¿Va a echar de menos Ceuta? ¿Qué es lo que Ceuta le ha
aportado en el campo profesional y en el personal?
R.-Lo primero que voy a echar de menos es la calidad de vida
de la que se puede disfrutar en esta ciudad. Tu playa, tu
paseíto, el poder ir siempre a casa a comer, el no coger el
coche más que de vez en cuando, el clima templado y
agradable... Me estoy viendo en Madrid en el mes de agosto
sudando, sin poder ir a casa a comer, todos los días dos
horas de metro o de autobús... Pero también voy a echar
mucho de menos esa integración con la gente, ese apoyo, esa
participación en los Arriados de la Bandera Nacional, en las
Patronas. Y, por supuesto, el poder ir de uniforme por la
calle, el vivir la vida de una Unidad, el ver de forma casi
inmediata los efectos de tu trabajo: son muchas, muchas, las
cosas que voy a echar de menos de mi vida en Ceuta.
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