El descontento entre la plantilla del Ingesa crece por
doquier. Al malestar expresado por los médicos y la
categoría más numerosa, el personal de enfermería, se unen
ahora los trabajadores no sanitarios. Celadores,
telefonistas, personal de mantenimiento, administrativos,
pinches de cocina se concentraron ayer ante las puertas del
hospital para denunciar el oscurantismo de la dirección ante
la cobertura de la plantilla en verano y pedir su adecuación
a la nueva realidad de las instalaciones de Loma Colmenar.
El personal no sanitario del Hospital Universitario de
Ceuta, que según las tesis que ha venido manteniendo la
dirección territorial del Ingesa era el más proclive a verse
afectado por el aumento de superficie del nuevo centro de
Loma Colmenar, se convirtió ayer en protagonista de las
jornadas de protesta que han venido protagonizando los
trabajadores de la sanidad pública en Ceuta desde el pasado
otoño.
Atendiendo a una convocatoria de la Unión Sindical Obrera
(USO), pero que acabó siendo secundada por una alta
representación de la junta de personal, como SATSE, CCOO o
UGT, los celadores, el personal de mantenimiento, los
telefonistas, los auxiliares administrativos, los pinches de
cocina... salieron a la plaza de entrada del centro
hospitalario para reclamar una adecuación de las plantillas
a la nueva realidad y unas condiciones dignas de trabajo.
La convocatoria reunió a varias decenas de trabajadores que
portaban pancartas del estilo de “1994, 3 celadores en turno
de noche. 2010, tres celadores para hospitalización”. Se
trata este de un colectivo muy castigado por el cambio de
instalaciones: deben recorrer 54.000 metros cuadrados de
hospital. Entre la sala de rayos y la sala de urgencias
median doscientos metros. Algunos celadores que trabajan en
este servicio han de recorrer hasta cuatro kilómetros
diarios para trasladar a los pacientes. Sin embargo, la
plantilla, tal y como indicó el portavoz de USO, Javier
Montero, sigue siendo prácticamente la misma que cuando
funcionaba el viejo hospital de la Cruz Roja: 14 ó 15 por la
mañana, cuando, a su juicio, debería haber al menos 18.
Otros seis en turno vespertino, en vez de los ocho que
reclama USO. Y tan sólo tres por la noche.
Los celadores no tienen tampoco sala de estar y han de
localizarse los unos a los otros por un busca. “Cuando
llegue la huelga general no podrán poner servicios mínimos
porque ya estamos con servicios mínimos”, apuntó Montero.
No menos descontentos se ven los telefonistas, que todavía
tienen uno de los puestos de la centralita por cubrir.
Tampoco la plantilla ha aumentado en este caso y sí lo han
hecho, y de manera exponencial, las extensiones que deben
manejar: 364 de las distintas consultas y servicios y 164 de
las habitaciones de los pacientes. “Las llamadas se acumulan
y la gente se pone nerviosa, incluso más que en el viejo
hospital”, relataba uno de los telefonistas.
Desde USO prosiguieron que los pinches de cocina soportan
una gran sobrecarga de trabajo con las instauración de dos
menús a elegir en el hospital, que no ha venido acompañado
del correspondiente aumento de plantilla. La falta de
sustituciones del personal administrativo y la escasez de
vigilantes de seguridad, que ya ha provocado sucesos como el
robo de taquillas, fueron otros de los aspectos comentados
por los convocantes de la protesta, que piensan retomar las
movilizaciones todos los martes y jueves a partir de
septiembre. Sin embargo, según informó ayer en este
periódico el director gerente, Juan Carlos Querol, el
personal no sanitario es el que registrará el menor número
de sustituciones durante el verano.
En la concentración estaba también la delegada sindical de
SATSE y presidenta de la junta de personal, Elisabeth Muñoz,
quien recordó que durante el verano, como consecuencia de la
OPE, los veraneantes y los viajeros que tratan de llegar
hasta Marruecos, aumenta la presión asistencial mientras
disminuyen los contratos de trabajo.
El portavoz de CCOO, Ángel Lara, auguró un aumento de la
demanda incluso mayor este verano porque el incremento del
paro y la rebaja salarial a los funcionarios hará a muchos
desistir de salir de vacaciones.
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La centralita del centro queda inoperativa durante una hora
Al volumen de trabajo de los
telefonistas y la desesperación de lo usuarios por
establecer la conexión que desean se unieron ayer los
problemas técnicos. La centralita del hospital se quedó
antes de las diez prácticamente una hora sin funcionar,
según explicaron los telefonistas, por lo que las
comunicaciones internas y con el exterior se convirtieron en
un infierno durante todo este tiempo. Cuando pudo
restablecerse el funcionamiento de la centralita, que
atiende cientos de extensiones, entre ellas las de las
consultas externas de especialidades, resultó prácticamente
incontrolable por el telefonista que se encontraba
realizando su turno mientras sus compañeros participaban en
la protesta.
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