Mientras el Gobierno central decide cómo aplicará el nuevo
Reglamento de Honores Militares, que ayer la ministra de
Defensa se comprometió a mutilar en su tenor literal para
dejar que los cadetes de la Academia de Infantería de Toledo
lleven el sable y presenten armas al Santísimo durante la
celebración de la procesión del Corpus Christi en Toledo, el
presidente de la Ciudad, Juan Vivas, abogó ayer porque se
encuentre “un equilibrio” con esta normativa entre lo que
supone vivir en un Estado aconfesional como España y el
respeto a las tradiciones “para no herir sensibilidades”.
Cofradías y Hermandades, a la expectativa.
No se trata de que los militares dejen de desfilar por las
calles en las procesiones de Semana Santa pero San Daniel,
la Virgen del Carmen, la Virgen de África, el Santo Entierro
y el Corpus Christi dejarán de recibir honores militares por
parte de las unidades y piquetes que habitualmente de los
tributaban en la ciudad autónoma. Ni el Himno ni rendir
armas. Eso es al menos lo que prevé la Comandancia General
que tendrá que hacer de acuerdo con lo previsto en el Real
Decreto 684/2010 que aprobó, el mes pasado, el nuevo
Reglamento de Honores Militares, en el que ya no aparece el
capítulo dedicado al Santísimo y en el que se incluye una
minúscula disposición adicional sobre la participación de
las Fuerzas Armadas en actos religiosos, asunto que ya
estaba regulado en una orden ministerial de Defensa.
En ella se recoge que cuando se autoricen comisiones,
escoltas o piquetes para asistir a celebraciones de carácter
religioso con tradicional participación castrense “se
respetará el ejercicio del derecho a la libertad religiosa”,
esto es, que la participación en los mismos “tendrá carácter
voluntario”.
Esta disposición no tendrá ninguna repercusión sobre los
militares destinados en Ceuta, que como ayer se recordó
desde la Comandancia General “siempre participaban en este
tipo de actos de manera voluntaria”. No está en peligro, o
eso interpretan los especialistas consultados, ni la
tradicional compañía que los legionarios prestan al Nazareno
ni los patrocinios de que disfrutan la mayoría de las
Cofradías y Hermandades de Ceuta.
Todas ellas siguen con interés lo que sucede en Toledo,
donde después de la rebelión del PP ayer se supo que la
ministra de Defensa se ha comprometido a dejar que los
cadetes de la Academia de Infantería de Toledo lleven el
sable y presenten armas al Santísimo durante la celebración
de la procesión del Corpus, un aparente contrasentido, y,
sobre todo, en Málaga con el Santísimo Cristo de la Buena
Muerte.
El presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta, Juan Vivas,
abogó ayer por encontrar “un equilibrio” entre el nuevo
Reglamento de Honores Militares, que elimina la posibilidad
de ofrecérselos al Santísimo, texto aprobado por el Consejo
de Ministros en mayo, y las tradiciones “para no herir
sensibilidades”.
En declaraciones a los medios el líder del Ejecutivo local
advirtió de que este es un asunto “que hay que analizar con
mucha prudencia” y “con delicadeza”. “Yo creo”, opinó Vivas,
“que hay que buscar un equilibrio entre el hecho de vivir en
un Estado aconfesional, en el que las Fuerzas Armadas están
en su derecho de acudir o no a actos religiosos, y ser muy
respetuosos con las tradiciones”.
“Somos respetuosos”, dijo sobre su Gobierno tras la polémica
desatada en Toledo, “con todas las normas que emanan de
norma legal y no nos caracterizamos por enjuiciarlas sino
por cumplirlas en la parte que nos toque, aunque la
tradición forma parte de nuestro equipaje cultural y también
merece ser respetada”.
“Hay que encontrar un equilibrio y en Ceuta, donde es muy
importante la presencia del estamento militar y existe una
riqueza cultural muy significada”, recordó, “hemos dado
sobradas muestras de saber hacerlo”.
Las normas de antes
El Real Decreto 834/1984 de Honores Militares, vigente hasta
el pasado 23 de mayo, establecía que al Santísimo Sacramento
le serían tributados los de arma presentada e Himno Nacional
(primera parte completa) y decretaba que “con motivo de
celebraciones de carácter religioso con tradicional
participación castrense” las autoridades militares podrían
designar “piquetes o escoltas adecuados al acto”. “Ante la
presencia del Santísimo Sacramento, la fuerza designada
rendirá los honores previstos y ante la presencia de
imágenes sagradas adoptará la posición de firmes”,
completaba.
La Orden Ministerial 100/1994 sobre regulación de los actos
religiosos en ceremonias solemnes militares ya establecía
que “con motivo de celebraciones de carácter religioso con
tradicional participación castrense, las autoridades
militares podrán designar, en representación institucional,
comisiones, escoltas o piquetes adecuados al acto” y dejaba
claro que “para el nombramiento de los mismos se respetará
el ejercicio del derecho a la libertad religiosa y la
voluntariedad en la asistencia a los actos”.
|