El Santuario de Nuestra Señora de África se convirtió una
vez más en el escenario de conmemoración del Domingo de
Ramos. Cientos de ceutíes quisieron unirse a la celebración
y esperaron pacientemente a que el obispo de Cádiz y Ceuta,
monseñor Antonio Ceballos, bendijera las ramas de olivo y
las palmas.
El Santuario de Nuestra Señora de África acogió ayer la Misa
de Bendición de Las Palmas, a la cual acudieron cientos de
ceutíes con ramas de olivo y palmas.
Al acto religioso acudió, como viene siendo tradicional, el
obispo de Cádiz y Ceuta, monseñor Antonio Ceballos Atienza.
Además, también contó con la presencia de sacerdotes y
diáconos de la ciudad y comenzó alrededor de las 12:00
horas. Las buenas temperaturas propiciaron la reunión de los
ciudadanos alrededor del portal de Nuestra Señora de África
y hermanos cofrades repartieron a los asistentes pequeños
lazos hechos de palma. Y es que la Venerable Hermandad del
Santísimo Sacramento y Cofradía de Nazarenos del Dulce
Nombre de Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén, Nuestro
Padre y Señor de la Sangre Orando en el Huerto, Madre de
Dios de la Palma y San Juan Evangelista ha querido cumplir
con el esfuerzo que realizan todos los años para que la
celebración salga según lo previsto.
El acto conmemora la entrada triunfal de Jesucristo en la
ciudad de Jerusalén y por ello es un día señalado que sirve
además para abrir la Semana de Pasión de Nuestro Señor. Tras
la bendición de las palmas y las ramas de olivo, los
asistentes acompañaron al cortejo encabezado por monseñor
Ceballos hasta la Santa Iglesia Catedral. El grupo
procesionó desde las puertas del Santuario de Nuestra Señora
de África y recorrió el interior de la Plaza de África para
finalizar en las puertas de la catedral. En ella se abrió la
puerta de San Pedro para que los asistentes pudieran tomar
asiento y presenciar la Misa celebrada y oficiada por el
obispo de Ceuta y Cádiz, que, durante el acto, habló a los
ceutíes de comenzar esta Semana Santa de 2010 acorde con las
tradiciones.
Ramas de olivo y palmas de todas las formas y tamaños
impregnaron el recorrido de los sacerdotes y diáconos hasta
el Templo Catedralicio. Además, según la tradición, tras la
bendición de las palmas, éstas sustituirán en el balcón o
ventana de las casas de algunos ceutíes a las del año
anterior. La Hermandad puso a la venta también en su sede
las típicas palmas lisas y también rizadas, las cuales se
traen de forma expresa desde Elche y con su venta aepnas se
alcanza para cubrir los gastos, puesto que la prioridad es
mantener la tradición.
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