Otro año más uno de los presos de Los Rosales ha sido
liberado por el Cristo del Medinaceli en su tradicional
parada. El joven, de 32 años, aseguró haber aprendido mucho
de la experiencia y sentirse muy “contento” porque su madre
y su mujer son muy devotas del Señor de Ceuta y de la Virgen
de los Dolores.
“La verdad es que no me lo creo”. Fueron las primeras
palabras del interno ceutí poco antes de recibir su carta de
libertad. El joven de 32 años, O.G.D., estaba cumpliendo
condena desde el año 2006, cuatro años, 10 meses y 18 días.
“Estoy muy contento y nunca he tenido ningún problema en
ninguno de los permisos que he tenido”. Fue encerrado por un
delito contra la propiedad y sale un año y cuatro meses
antes de lo previsto, ya que cumplía su pena en el mes de
agosto del año 2011.
Su familia estuvo en todo momento acompañándole hasta que
llegó la hora de que Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado
y Nuestra Señora de los Dolores llegaran sobre las 19:30
horas para presenciar su liberación, en la que estuvieron
las autoridades de la ciudad y todos los amigos y familiares
del joven.
Antes del acto, el ‘elegido’ para firmar la carta de
libertad quiso agradecer el “buen trato. No me puedo quejar,
conmigo se han portado todos fenomenal” de todos los
funcionarios y trabajadores de la Prisión de Los Rosales.
Similares palabras realizaron algunos de los funcionarios:
“Ha sido un preso ejemplar. En todos los permisos no ha
tenido ningún problema y nos alegramos de que salga”.
Por su parte, el joven comentaba nervioso que “todavía estoy
que ni me lo creo”. A la pregunta de si sentía una emoción
especial porque el Señor de Ceuta estuviera presente en su
liberación junto a su Madre, la Virgen de los Dolores, O.G.D.
quiso destacar la devoción de su madre a la imagen que
realizó su traslado ayer desde la barriada del Príncipe
Alfonso: “Mi madre es muy devota del Cristo y sé que le va a
hacer ilusión. A mí mujer igual. Todos han querido venir a
verme. Ha venido hasta mi tío hasta aquí”.
“No esperaba que saliera tan pronto, la verdad es que
todavía me queda, pero quiero destacar que conmigo se han
portado muy bien”, continúa paseando por el patio de una
prisión que abandonó ayer procesionando con el Señor de
Ceuta y su Madre hasta llegar a su Casa de Hermandad.
O.G.D. trabaja como “maquinista de una excavadora” y a
partir de ahora comienza una nueva vida para él. En cuanto a
los futuros proyectos y objetivos, el joven bromeó diciendo
que los primero que hará tras recibir su libertad es irse
“de vacaciones con mi familia. Quiero llevarme a mis hijos
para que disfruten, que pasen por lo menos un mes fuera y
estén tranquilos”.
Este ceutí ha aprendido de todo lo que ha vivido en la
prisión y aseguró que “antes tenía la cabeza en otra parte y
ahora ya sé qué es lo que debo hacer. Tengo a mi familia y
tengo a gente que me importa. La verdad es que a mí esta
experiencia me ha valido, aunque haya algunos que digan que
no”.
Durante el acto en el que firmó su libertad, la dirección de
la Prisión de Los Rosales quiso desearle lo mejor y
“queremos que estés feliz con los que te queremos”. Lágrimas
y emoción llenaron las paredes de la prisión cuando O.G.D.
salió ataviado con un tercerol y firmó su carta de libertad.
Tras eso, Loli, una de las acompañantes del Cristo de
Medinaceli, cantó una emotiva saeta mientras el joven de 32
años ofrecía un ramo de flores a cada una de las imágenes.
Los familiares allí presentes se emocionaron y se desearon
todo lo mejor en esta nueva etapa que comienza para todos.
La tradición de liberar a un preso cada año sigue igual de
arraigada en la sociedad ceutí y O.G.D. no olvidará este día
en el que comenzó a vivir de nuevo al lado de sus seres más
queridos, que lo acompañaron y alentaron en todo momento.
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