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ACTUALIDAD - SÁBADO, 6 DE MARZO DE 2010

 

medio ambiente

El agua se trata con hipoclorito sódico, sulfato de aluminio, polielectrolito y cal para que pueda ser consumida

CEUTA
José García

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) lleva cuarenta años funcionando en la ciudad de Ceuta. Todo el agua que llega a esta ETAP es objeto de un tratamiento específico con hipoclorito sódico, sulfato de aluminio, polielectrolito y cal que la hacen apta para el consumo humano.

Levantada en la barriada del Postigo, se trata en realidad de dos estaciones en una: la depuradora y la de impulsión a la red de suministro de la ciudad.

Antes de que llegara el otoño y los pantanos se situaran casi al límite de su reserva estratégica, estipulada en los 180.000 metros cúbicos, la ETAP bombeaba a la ciudad unos 10.000 metros cúbicos diarios de los alrededor de 30.000 que consumen los hogares, empresas y servicios públicos ceutíes.

Una situación que cambió en octubre, cuando sólo se llegó a bombear no más de 3.000 metros cúbicos diarios. Eran momentos de horas bajas que hubo que solucionar inyectando agua a los pantanos traída desde Algeciras en un barco-aljibe.

En pocos meses, la situación ha dado un vuelco espectacular. Los pantanos están al máximo de su capacidad de almacenamiento, más de 2,3 millones de metros cúbicos.

Sin embargo, mientras han estado funcionando los cuatro bastidores de la actual planta desalinizadora, los pantanos no han aportado más del 30 por ciento del agua que consumían los ceutíes. La desaladora aportaba alrededor de los 22.000 metros cúbicos diarios.

En todo caso, pasados tres meses de intensas lluvias que, de momento, parecen no tener la intención de remitir, la diatriba es otra: cómo ahorrar agua desalada, que cuesta al ciudadano 75 céntimos el litro, si la capacidad de tratar agua embalsada es más limitada de lo que se pensaba a pesar del lleno que registran los dos pantanos de la ciudad autónoma de Ceuta.

Las últimas comparecencias de los responsables de Acemsa han querido disipar este temor asegurando que el suministro de agua estaba garantizado hasta diciembre si los embalses del Renegado y el Infierno continuaban al cien por cien de su capacidad cuando comenzara el estiaje, el 15 de abril.
 


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