La máxima figura del Consejo Benéfico de Luna Blanca,
Mustafa Abdelkader, ha reconocido que “pese a las
diferencias con Ahmed Liazid y su entorno, siempre se le
respetó como Iman enviado por el Ministerio de Asuntos
Islámicos marroquí”.
Es más, recuerda que desde 2005, cuando se iniciaron sus
diferencias, hasta la fecha, “jamás ha habido un roce ni un
sólo viernes de rezos”. Se trata de un iman, funcionario
público marroquí, cuyo trabajo radica en seguir fielmente
los designios de la corriente moderada que se profesa en el
islam marroquí, cuya figura de referencia religiosa es
Mohamed VI como comendador de los creyentes.
El problema está, dice Abdelkader, en “que en esta ocasión,
Liazid no tenía la autorización de la jerarquía religiosa de
la zona, como es preceptivo por la tradición histórica de
varias décadas de antigüedad, de ahí que los fieles se
indignasen”. El máximo dirigente de Luna Blanca estima que
los problemas se han sucedido cuando el iman ha regresado de
la mano de quien es un reconocido seguidor rigorista
contrario a las tesis moderada que la inmensa mayoría de los
musulmanes profesan en Ceuta. Por su parte, las afirmaciones
mendaces de que en el entorno de Sidi Embarek hay presencia
chií “es una falacia barriobajera”, impropia de quien tiene
el deber y obligación de no usar la mentira como vehículo en
sus manifestaciones.
Mustafa Abdelkader quiere hacer una reflexión. “Si desde
2005 nunca pusimos problema alguno a los oficios de Liazid
en el templo, ¿por qué ahora, cuando llega de la mano de una
organización como la UCIDCE, se inician los
enfrentamientos?”, se pregunta con ironía el responsable del
Consejo Benéfico, en clara referencia al cambio de
‘intereses’ que ha mostrado Ahmed Liazid dejándose guiar por
el Tabligh frente a lo que marca la tradición regional del
Islam.
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