El coordinador del grupo de trabajo de maltrato infantil del
Observatorio de la Infancia, Antonio Díaz Huertas, así como
la secretaria del organismo, Carmen Puyó, reiteraron en sus
ponencias la necesidad de recoger la voz de los niños así
como el hacerlos partícipes en la vida cotidiana de su
entorno, dado que un alto porcentaje de casos de maltrato
infantil procede del abandono o la negligencia de sus
progenitores.
Ambos destacaron el uso de las ‘Hojas de Detección y
Notificación del Maltrato Infantil’ como mecanismo de
coordinación entre las diferentes instituciones que deben
intervenir cuando se presenta esta manifestación de
violencia sobre el menor. “Es necesario dar un enfoque
integral con el seguimiento del caso, la recogida de datos,
posteriores comparativas y el análisis. Con ellas, los
profesionales pueden evaluar y diagnosticar al niño”, aclaró
Puyó, haciendo una comparativa de este fenómeno con el de la
violencia sobre la mujer: “Se han incorporado a la vida
cotidiana nuevos valores por lo que el juicio social se ha
convertido en tolerancia cero hacia las conductas
agresivas”, concretó. Por su parte, Díaz Huertas impartió
una clase magistral sobre los tipos de maltrato
estableciendo una tipología específica: físico, emocional o
psicológico, y en tercera instancia, el abuso sexual, que
definió como “la implicación de niños y adolescentes en
actividades que no conocen y para las que no han dado su
consentimiento o que violan los tabúes sociales”. Según el
experto, la detección del maltrato físico no sólo se com
prueba con lesiones externas sino que pueden ir acompañadas
de movimientos de balanceo del menor.
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