Los cinco agentes al frente de la lucha contra el maltrato
infantil en la ciudad autónoma, Fiscalía, Policía,
Educación, Sanidad y Asuntos Sociales, llegaron a un
protocolo común para combatir esta lacra en Ceuta:
“Detectar, notificar, investigar, evaluar y actuar”. Pese a
guiarse por diferentes protocolos de actuación ante estos
casos, la jefa del Área de Menores hizo alusión al
imperativo legal por el que “todos tenemos la obligación de
denunciar cualquier situación que afecte a la dignidad de un
menor”.
”Hay un imperativo legal: todos tenemos la obligación de
denunciar cualquier situación que afecte a la dignidad o al
desarrollo integral de un menor. El ciudadano de a pie,
oenegés, asociaciones o centros escolares”. Las palabras de
la jefa del Área de Menores, Antonia Palomo, fueron las más
aclamadas por los más de 200 asistentes de las I Jornadas
sobre Maltrato Infantil, cuya mesa redonda, atractiva a la
par de sugerente, puso el broche final a una cita donde los
expertos en la materia llegaron a un punto común: “detectar,
notificar, investigar, evaluar y actuar”, para frenar el
maltrato.
La Fiscalía, el Cuerpo de Nacional de Policía, la Dirección
Provincial de Educación, la Consejería de Asuntos Sociales y
el INGESA fueron los cinco agentes encargados de dar a
conocer al auditorio las diferentes actuaciones que se
llevan a cabo para combatir esta lacra social, que muchos
compararon con la violencia ejercida sobre la mujer.
Actividad fiscal
El jefe del Área de la Fiscalía, José Luis Puerta, abordó
los aspectos procesales de la materia insistiendo entre el
equilibrio que debe existir el derecho a la defensa del
acusado, la protección del menor y el interés público.
Sobre la participación de un menor en un proceso penal,
Puerta quiso lanzar varios mensajes fundamentales a la hora
de evitar esa “victimización secundaria” a la que puede
quedar sometida el niño, para el que las diligencias “son
perturbadoras y traumáticas”. Por ello, las recomendaciones
del fiscal insistieron en evitar repeticiones en las
diferentes pruebas e incluso el contacto visual con el
acusado cuando se ha podido atentar contra la integridad del
menor, ya que “provoca estrés en el pequeño e influye en la
veracidad de su declaración”, puntualizó.
Actuación policial
“En cuanto se produce una desaparición, un abuso, un
atentado contra la integridad del menor, la maquinaria
policial se pone en marcha a través de un protocolo
específico de actuación que está guiado por el derecho
procesal que, en estos casos, resulta exquisito”. En estas
breves pero específicas palabras esquematizó el jefe del
Servicio de Atención a la Familia del Cuerpo Nacional de
Policía, José María García, la función de los agentes de
seguridad contra el maltrato.
El experto no dudó en diagnosticar que uno de los
principales problemas de muchos adolescentes es el abandono
de la escuela ya que “empiezan por no asistir a clase, luego
molestan al vecindario, llegan los pequeños delitos para
liderar el grupo y en la edad adulta, ya son auténticos
delincuentes. De ahí la importancia de la vigilancia en los
colegios ya que se está generando otra lacra, que es la de
los niños que maltratan a sus padres”, puntualizó García.
Visión educativa
La jefa de la Unidad de Programas de la Dirección Provincial
de Educación, Pilar Álvarez, lamentó la inexistencia de un
protocolo de actuación específico para los centros
educativos ceutíes. Por ello, lanzó la propuesta de llevar a
cabo otras jornadas similares aunque en términos docentes.
Pese a no tener una guía, Álvarez informó de los pasos a
seguir ante posibles casos. “La primera persona que debe
conocer los hechos es el director del centro como
responsable de las actuaciones a llevar a cabo. Luego, el
departamento de Orientación tomará las pautas para averiguar
la situación a la que está sometida al menor”, indicó. Al
igual que otros expertos, la docente hizo alusión a la
escuela como principal agente de aviso ante el maltrato
infantil.
Perspectiva social
Equilibrar los factores de riesgo con los de protección que
posee una familia fue la idea subrayada por la jefa del Área
de Menores y que se consigue “llevando a cabo un plan de
trabajo con las familias”, puntualizó Antonia Palomo.
Del mismo modo, la profesional no dudó en advertir que en
aquellos casos de gravedad acentuada “salta una alarma que
debemos apagar a través de la separación del menor del
núcleo familiar, bien con la acogida, la adopción o la
residencia”.
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