Ya han transcurrido dos semanas desde que se iniciara el
traslado de pacientes y servicios desde el viejo clínico de
la Cruz Roja hasta el nuevo Hospital Universitario de Ceuta.
La categoría profesional que parece, de momento, más
descontenta son los celadores, que han comenzado a
movilizarse. La escasez de personal que denuncian tiene
también su efecto sobre los pacientes y sobre el resto del
personal. Las enfermeras asegura que han debido aguardar
hasta una hora para que trasladaran a un paciente a la
espera de que llegara un celador desde una unidad situada en
otro extremo del edificio.
Que los trabajadores y sus representantes sindicales vienen
denunciando que el Hospital Universitario de Ceuta se abre
con una notoria falta de personal no constituye ninguna
novedad. Sin embargo, EL PUEBLO ha querido visitar el
hospital para observar de cerca cuáles son las carencias
concretas que manifiestan y cuáles sus consecuencias sobre
la atención al usuario.
Quienes, de momento, presentan una actitud más beligerante
son los celadores. Un plantilla de sesenta trabajadores que
viene concentrándose todas las mañanas a las puertas del
centro hospitalario para denunciar que ni siquiera disponen
de una estancia o una cafetería donde poder desayunar.
“En el hospital antiguo ya faltaban al menos diez
trabajadores de esta categoría. Imaginaros aquí. Además
todavía no se dispone de un sistema para localizarnos y nos
falta señalización”, apunta uno de los celadores.
“Antiguamente las camas con los pacientes las trasladaba por
el hospital un solo celador. Ahora tienen que ser dos”,
argumenta otro.
La presidenta de la junta de personal y delegada del
Sindicato de Enfermería, Elisabeth Muñoz, asegura que la
escasez de celadores también tiene sus efectos sobre los
enfermos. “Los pacientes soportan esperas innecesarias y
otros profesionales debemos quedarnos parados aguardando a
que venga el celador a trasladar al enfermo desde el otro
extremo del hospital. Hemos padecido esperas de hasta una
hora”, asevera.
La dirección territorial del Ingesa anunció en una de sus
últimas comparecencias públicas que serían las categorías
parasanitarias (limpieza, mantenimiento, personal de
cocina...) las que se verían más afectados por el aumento
exponencial de la superficie hospitalaria y, por tanto, las
más susceptibles de ser reforzadas.
En el hospital lo esperan. “Lo hemos calculado. Los pinches
tienen que recorrer todos los días 2.110 metros con las
bandejas, porque deben realizar trayectos de 211 metros en
diez viajes. Tanto es así que les han puesto un carro
mecánico para transportarlas”, apunta delegado de UGT,
Eduardo Ordóñez.
Los telefonistas hablan con voz propia: “El espacio que nos
han dado es perfecto. Pero está pensado para dos por cada
uno de los tres turnos y tenemos la mitad. Sin embargo, las
extensiones en el nuevo hospital se han multiplicado por
cinco, igual que las llamadas, porque ahora atendemos
también las consultas externas”, apuntó a este periódico uno
de ello.
Las limpiadoras también confirmaron a este periódico que en
el turno de noche son sólo dos para atender todo el
hospital. “Una noche se realizaron intervenciones en los
quirófanos durante diez horas seguidas. Este tipo de
situaciones condenan a una limpiadora a estar toda la noche
en ese quirófano, por lo que sólo queda otra para todo el
hospital”, ilustra la presidenta de la junta de personal.
“El servicio de pediatría sólo tiene un auxiliar y dos
enfermeras de tarde. Se está reforzando con enfermeros a
partir del niño número trece, pero no de auxiliares”, se
queja Alicia Mora, del SAE.
|
Las enfermeras no se siente seguras a pesar
del sofisticado sistema de videovigilancia
Entre las nuevas prestaciones que
el Ingesa ha incorporado al Hospital Universitario de Ceuta
se encuentra un sofisticado sistema de videovigilancia, con
142 cámaras que utilizan el protocolo de comunicaciones IP y
envía imágenes veinticuatro horas al día durante todo el año
a una red de servidores con un total de terabytes de
información, salas de grabación inteligentes o fibra óptica.
Sin embargo, las enfermeras echan de menos los botones
antipánico con que contaban en el viejo clínico de la Cruz
Roja, de los que, al menos de momento, se ha prescindido
cuando se ha efectuado el traslado de un edificio a otro.
“En el antiguo hospital civil los había. Estaban en los
stands de enfermería y en los servicios de nido”, explica la
presidenta de la junta de personal y delegada del Sindicato
de Enfermería, Satse. Con todo, también es cierto que la
dirección territorial ha pedido a usuarios y personal un
tiempo para realizar los ajustes más finos que aún precisa
el hospital, que inició el traslado de pacientes hace dos
semanas.
|