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sociedad - DOMINGO, 14 DE FEBRERO DE 2010


personal en el hospital. reduan.

hospital universitario de ceuta
 

Los trabajadores aducen que la falta de personal ocasiona grandes esperas a los pacientes

EL PUEBLO realiza una radiografía a los detalles que aún faltan por perfilar
en las nuevas instalaciones de Loma Colmenar de la mano de la plantilla
 

CEUTA
José García

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Ya han transcurrido dos semanas desde que se iniciara el traslado de pacientes y servicios desde el viejo clínico de la Cruz Roja hasta el nuevo Hospital Universitario de Ceuta. La categoría profesional que parece, de momento, más descontenta son los celadores, que han comenzado a movilizarse. La escasez de personal que denuncian tiene también su efecto sobre los pacientes y sobre el resto del personal. Las enfermeras asegura que han debido aguardar hasta una hora para que trasladaran a un paciente a la espera de que llegara un celador desde una unidad situada en otro extremo del edificio.

Que los trabajadores y sus representantes sindicales vienen denunciando que el Hospital Universitario de Ceuta se abre con una notoria falta de personal no constituye ninguna novedad. Sin embargo, EL PUEBLO ha querido visitar el hospital para observar de cerca cuáles son las carencias concretas que manifiestan y cuáles sus consecuencias sobre la atención al usuario.

Quienes, de momento, presentan una actitud más beligerante son los celadores. Un plantilla de sesenta trabajadores que viene concentrándose todas las mañanas a las puertas del centro hospitalario para denunciar que ni siquiera disponen de una estancia o una cafetería donde poder desayunar.

“En el hospital antiguo ya faltaban al menos diez trabajadores de esta categoría. Imaginaros aquí. Además todavía no se dispone de un sistema para localizarnos y nos falta señalización”, apunta uno de los celadores. “Antiguamente las camas con los pacientes las trasladaba por el hospital un solo celador. Ahora tienen que ser dos”, argumenta otro.

La presidenta de la junta de personal y delegada del Sindicato de Enfermería, Elisabeth Muñoz, asegura que la escasez de celadores también tiene sus efectos sobre los enfermos. “Los pacientes soportan esperas innecesarias y otros profesionales debemos quedarnos parados aguardando a que venga el celador a trasladar al enfermo desde el otro extremo del hospital. Hemos padecido esperas de hasta una hora”, asevera.

La dirección territorial del Ingesa anunció en una de sus últimas comparecencias públicas que serían las categorías parasanitarias (limpieza, mantenimiento, personal de cocina...) las que se verían más afectados por el aumento exponencial de la superficie hospitalaria y, por tanto, las más susceptibles de ser reforzadas.

En el hospital lo esperan. “Lo hemos calculado. Los pinches tienen que recorrer todos los días 2.110 metros con las bandejas, porque deben realizar trayectos de 211 metros en diez viajes. Tanto es así que les han puesto un carro mecánico para transportarlas”, apunta delegado de UGT, Eduardo Ordóñez.

Los telefonistas hablan con voz propia: “El espacio que nos han dado es perfecto. Pero está pensado para dos por cada uno de los tres turnos y tenemos la mitad. Sin embargo, las extensiones en el nuevo hospital se han multiplicado por cinco, igual que las llamadas, porque ahora atendemos también las consultas externas”, apuntó a este periódico uno de ello.

Las limpiadoras también confirmaron a este periódico que en el turno de noche son sólo dos para atender todo el hospital. “Una noche se realizaron intervenciones en los quirófanos durante diez horas seguidas. Este tipo de situaciones condenan a una limpiadora a estar toda la noche en ese quirófano, por lo que sólo queda otra para todo el hospital”, ilustra la presidenta de la junta de personal.

“El servicio de pediatría sólo tiene un auxiliar y dos enfermeras de tarde. Se está reforzando con enfermeros a partir del niño número trece, pero no de auxiliares”, se queja Alicia Mora, del SAE.
 


Las enfermeras no se siente seguras a pesar
del sofisticado sistema de videovigilancia

Entre las nuevas prestaciones que el Ingesa ha incorporado al Hospital Universitario de Ceuta se encuentra un sofisticado sistema de videovigilancia, con 142 cámaras que utilizan el protocolo de comunicaciones IP y envía imágenes veinticuatro horas al día durante todo el año a una red de servidores con un total de terabytes de información, salas de grabación inteligentes o fibra óptica. Sin embargo, las enfermeras echan de menos los botones antipánico con que contaban en el viejo clínico de la Cruz Roja, de los que, al menos de momento, se ha prescindido cuando se ha efectuado el traslado de un edificio a otro. “En el antiguo hospital civil los había. Estaban en los stands de enfermería y en los servicios de nido”, explica la presidenta de la junta de personal y delegada del Sindicato de Enfermería, Satse. Con todo, también es cierto que la dirección territorial ha pedido a usuarios y personal un tiempo para realizar los ajustes más finos que aún precisa el hospital, que inició el traslado de pacientes hace dos semanas.
 


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