Raro es el día en que a Ángel
Javier Díez Nieto y a mí no se nos presente la
oportunidad de charlar un rato para sacarle punta a la
actualidad con fines donde la risa nos haga el bien que como
terapia se le reconoce. Puesto que Díez Nieto, además de
educado, es de carácter tranquilo y decir socarrón y
diplomático.
Ángel Javier y yo nos conocemos desde hace un montón de
años. Y de ese tiempo hemos recordado a veces anécdotas que,
aunque cubiertas ya por una pátina de antigüedad, todavía
resisten los comentarios sosegados que el transcurrir del
tiempo nos concede.
El martes pasado, me extrañó mucho no ver a Javier con
Jaime Wahnon; ya que ambos se tienen ley y acostumbran a
tomar el aperitivo, acompañados habitualmente por Manolo
González Bolorino, por los alrededores del edificio
municipal.
Cierto es que llovía a mansalva. Pero a Javier me consta que
no le arredra el mal tiempo como para privarse de pegar la
hebra entre conocidos y pasárselo bien. No en vano esos
ratos le hacen mucho bien a él a la par que su forma de ser
redunda también en beneficio de quienes tenemos la suerte de
frecuentarlo.
Así que me tomé la copa a esa hora vaga de mediodía con
Wahnon y con Luis Parrillas (un cordobés que no se
cansa de hacerle el artículo a Ceuta por dondequiera que
va). Lo cual tampoco es cosa de poca importancia. Y a punto
estuve de preguntarle al presidente del consejo de
Administración de Radio Televisión Ceuta si a Díez Nieto le
pasaba algo.
Pero no lo hice. Ya que no quise pecar de indiscreto. Máxime
cuando ya sabía lo que sabía... Y, claro, sabiendo lo que
sabía, preguntar por el viceconsejero de Recursos Humanos
hubiera podido entenderse como si uno tratara de
aprovecharse de las circunstancias poco agradables que
pudiera estar viviendo éste. Porque a nadie le gusta ser
desposeído de un cargo para que le den otro que, según
Mohamed Alí, tiene todas las trazas de ser una pantomima
y un cachondeo”.
A lo que iba, dado que mi aprecio por Díez Nieto es de
verdad, debo decir que a mí no me preocupa que le hayan
quitado la viceconsejería de Recursos Humanos, que tampoco
es tan agradecida como para que nadie tire cohetes, en
absoluto. De ningún modo.
Lo preocupante es que el líder de la oposición tenga la
certeza de que Díez Nieto es una víctima más de lo que se
conoce como “caso Gordillo”. Y que le hace pensar,
lógicamente, que de seguir en esa línea, los cambios –mejor
que remodelación, ¿o no?- que tiene previsto hacer el
presidente de la Ciudad en el Gobierno, irán todos
encaminados a darle matarile político a quienes tuvieron muy
buenas relaciones con el otrora hombre fuerte del partido y
del gobierno.
Así que en la mañana de hoy, miércoles, cuando aún no he
escrito, alguien, durante los comentarios del aperitivo, me
dice, como quien no quiere la cosa: ¿sabes que José
Antonio Rodríguez está encomendándose a todos los santos
habidos y por haber para que no le toque a él sufrir la
purga correspondiente?... Y a mí sólo se me ocurre
responderle lo siguiente: Francisco Márquez no hay
más que uno. Y olé. Así que quienes estén con el miedo
subido de tono, más les valdría hacer buenas miga con éste.
Y punto pelota. Que es expresión que está muy de moda.
|