El representante del Ministerio Fiscal solicita la suma de
3.600 euros por el presunto delito de daños y otros 1.164
euros en concepto de indemnización para un hombre que
supuestamente lanzó varias piedras contra una excavadora que
trabajaba en una obra pública de la Confederación
Hidrográfica del Guadalquivir. Por su parte, el acusado negó
los hechos denunciados y alegó, en su defensa, que “la
tierra es de mi propiedad y la Guardia Civil cuando llegó me
pegó”.
Una multa durante 20 meses con una cuota diaria de 6 euros
(3.600 euros) por el presunto delito de daños, y otros 1.164
euros en concepto de indemnización, fueron las penas
solicitadas ayer por el representante del Ministerio Fiscal
ante el titular del Juzgado de lo Penal número 2, para un
hombre que, al parecer, arrojó varias piedras contra una
excavadora perteneciente a la Confederación Hidrográfica del
Guadalquivir.
Según declararon, los hechos denunciados tuvieron lugar el
19 de enero, sobre las cuatro menos diez de la tarde cuando
las máquinas y sus operarios estaban trabajando en unos
terrenos próximos a la frontera con Marruecos tratándose de
una obra pública. Según el acusado, la disputa comenzó con
un conductor de una excavadora. “Estaban trabajando en
tierras de mi propiedad y le dije a este señor que se
fueran. El se negó y llamó a ocho agentes de la Guardia
Civil. Cuando estos llegaron, me insultaron, me tiraron al
suelo y me pegaron. Desde ese momento les dije que no había
lanzado ninguna piedra ni vi que el cristal de la excavadora
estuviese roto”, relató el imputado, quien añadió que sólo
había unas cuantas personas en zonas altas de la inmediación
en obra.
Por su parte, el denunciante argumentó, en calidad de
testigo, que el procesado le había lanzado varias piedras,
estallando una contra el cristal y otras cuantas, en la
chapa de la maquinaria. Entonces, “tuve que elevar el brazo
de la excavadora para evitar que impactasen más porque
tenían grandes dimensiones. Cuando hablamos, le comenté que
debía solucionar el conflicto con mis jefes”, detalló el
afectado.
Uno de los agentes de la Guardia Civil ratificó el atestado
policial y añadió al relato de los hechos ofrecido por el
acusado y el denunciante varios detalles. “Presencié el
lanzamiento de una piedra pero no llegó a impactar contra la
máquina y no le dio a nadie. Intentamos hablar con él pero
estaba muy nervioso y nos repitió que si las obras
continuaban seguiría en esa actitud”, puntualizó el agente,
que además informó sobre la rotura del cristal argumentando
que los golpes eran “recientes” y que en ellos quedaban
restos de tierra.
En las conclusiones definitivas del juicio, tanto el fiscal
como el letrado de la acusación particular solicitaron al
juez una sentencia condenatoria para el acusado esgrimiendo
como prueba inculpatoria el que el agente hubiese detectado
la tierra en el cristal roto.
Por su parte, el abogado defensor pidió la libre absolución
de su cliente añadiendo que precisamente había sido el
agente el que había declarado que una de las piedras no
había llegado a la excavadora; y que por ello, su
representado no podía relacionarse con el delito de daños.
El juicio quedó visto para sentencia.
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