“Nos enteramos por este periódico ya que no sabíamos nada.
Hoy hemos tenido una reunión con el director y nos ha dicho
que hasta julio nos dejan pero que la cierran, y por eso nos
tenemos que buscar la vida. Estamos enfadados e indignados
porque no nos hemos enterado por quien debía decirlo”. Esta
fue la reacción de algunas universitarias que actualmente
habitan en la Residencia de la Juventud tras confirmarse la
noticia del cierre de la misma.
Pese a la negativa de muchos para no declarar “porque ya
estamos lo suficientemente cabreados”, otros no dudaron en
advertir que las condiciones del edificio “están bien” y por
ello no entendían la clausura.
“Hay mucha gente que no se puede permitir pagar un piso
además de ser 60 personas las que tenemos que realojarnos”,
advertían. “Ya cuesta trabajo buscar y es muy difícil ya que
la demanda es mayor que la oferta”, añadieron.
Ante la posibilidad sugerida por la consejera sobre
propuestas para buscar alguna solución al problema, los
jóvenes esgrimieron que “lo mismo que buscan lugares para el
ICD o el Instituto de Idiomas, deberían tener un sitio para
una residencia, que hace falta. Dicen que en un año y medio
estará lista la del campus universitario pero lo mismo
contestaron con el hospital. Tanto dicen y prometen que
luego todo se queda en palabras para callarnos”.
|