Los responsables de la Ciudad y de la Delegación del
Gobierno junto a representantes de la Confederación
Hidrográfica del Guadalquivir (CGH) presentaron ayer las
actuaciones en la red de abastecimiento de agua, en la que
se han encontrado 88 escapes graves y que se ha dividido por
sectores para controlarla. También se dieron a conocer los
resultados de las obras de reparación de los senderos de los
pantanos del Infierno y el Renegado y de encauzamiento de
tres arroyos, con un presupuesto de 7,8 millones de euros.
Las obras desarrolladas por el Estado en la red de
suministro de agua potable de la ciudad suponen un ahorro de
más de 600.000 litros anuales que con anterioridad se
perdían por 88 grandes fugas detectadas y subsanadas. La
reducción de las pérdidas se cuantifica en un 15% del caudal
facturado. Estos fueron algunos de los datos más llamativos
ofrecidos ayer durante una nueva comparecencia pública del
presidente de la Ciudad, Juan Jesús Vivas, y el delegado del
Gobierno, José Fernández Chacón, que se unieron ayer en la
presentación de las obras que el Gobierno de la Nación ha
realizado o está llevando a cabo en la ciudad, en este caso,
por parte del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y
Marino.
Entre estas intervenciones se cuenta el diagnóstico que la
Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) ha llevado
a cabo para conocer los puntos “negros” de la red, atajar
las fugas, 88 de ellas, calificadas como “graves”, y
dividirla por sectores para facilitar su control. Según
explicó el ingeniero responsable de las obras, Luis
Fernández, el trabajo, por valor de 435.000 euros, está
prácticamente terminado, habiéndose conseguido dividir la
red, de 250 kilómetros, en 13 sectores que pueden manejarse
de forma independiente a través de válvulas que los hacen
independientes entre sí y facilitan el control de las fugas.
También se ha instalado un control de presión de mínimos
durante la noche, todos ellos sistemas que, tal como indicó
el ingeniero de la CHG, serán controlados por el gestor del
agua en la ciudad, la empresa pública Acemsa.
Estas obras se suman a las que la Confederación ha llevado a
cabo para la reparación de los accesos a los pantanos del
Renegado y el Infierno, así como las actuaciones en los
arroyos del Infierno, Calamocarro y Benítez-Guillén, por
valor de 7,8 millones de euros.
El presidente de la Ciudad expresó su satisfacción por estas
obras que actúan, dijo sobre “necesidades históricas y
problemas crónicos” de Ceuta, algunas por razón de responder
a las emergencias, lo que es el caso de la reparación de los
caminos de los pantanos, dañados por las lluvias
torrenciales del pasado año, y otros como son el
encauzamiento de los arroyos “que van a mejorar
considerablemente la evacuación de pluviales”.
Por otra parte, Vivas destacó la colaboración prestada por
la CGH en lo que es una competencia de la Ciudad, como es el
abastecimiento de agua. Entre las actuaciones más
importantes, mencionó la ampliación de la desaladora, que
significará, dijo “cubrir de forma definitiva todas las
necesidades de la ciudad”. No obstante, señaló la necesidad
de seguir trabajando e en el uso “responsable” del agua y en
mantener “una actitud seria, coherente y solidaria”, algo en
lo que están “comprometidas” ambas administraciones.
El delegado del Gobierno subrayó por su parte el
“entendimiento y la cooperación leal entre las
instituciones” y manifestó su “felicidad” por el hecho de
que los proyectos desarrollados por el Ejecutivo central
hayan servido para “recuperar para el entorno de Ceuta y sus
ciudadanos” dos paseos, los de los pantanos, por los que los
ciudadanos asegura le preguntan por la calle y que son “muy
queridos, donde la gente hace deporte, está en contacto con
la naturaleza” y que son iniciativas que entran dentro de la
política de medio ambiente del Gobierno. Estas políticas
pasan, dijo, por “mejorar el medio sin agredirlo, lo mismo
que se va a hacer en el litoral”.
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Arreglos en tres arroyos que vierten a la bahía norte
La Confederación Hidrográfica del
Guadalquivir (CHG) ha llevado a cabo obras en tres arroyos
que al igual que los senderos de los pantanos se vieron
afectados por las lluvias torrenciales del pasado otoño y
que causaron inundaciones. Los cauces en los que se ha
actuado son el de Benítez-Guillén, donde se han invertido 2
millones de euros, y los de Calamocarro y el Infierno, con
un presupuesto de 1,25 millones. Entre las actuaciones que
se han llevado a cabo están la limpieza de residuos
vegetales, escombros y basuras, la defensa y corrección de
los márgenes y taludes, la recuperación de la vegetación de
ribera y la creación de áreas recreativas para los usuarios
de sus senderos.
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