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ACTUALIDAD - DOMINGO, 6 DE DICIEMBRE DE 2009


chabola de príncipe alfonso. j.g.

el problema de la vivienda
 

‘Príncipe Alfonso’ mira a Loma Colmenar para acabar con el chabolismo en el barrio

La asociación de vecinos está elaborando un censo con este tipo de construcciones para que Emvicesa tenga en cuenta a las familias que las habitan en sus promociones de VPO
 

CEUTA
José García

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La asociación de vecinos Príncipe Alfonso está elaborando un censo de las chabolas que persisten en el barrio para que la empresa municipal de viviendas, Emvicesa, lo tenga en cuenta a la hora de adjudicar alguna de las promociones previstas para Loma Colmenar. Emvicesa ha recogido el guante y asegura que lo considerará para futuras promociones, porque las 225 viviendas construidas a día de hoy ya tienen adjudicatarios.

Los vecinos de Príncipe Alfonso no quieren dejar pasar la oportunidad de mejorar sus condiciones de vida logrando que muchas de las viviendas sociales que se están construyendo en Loma Colmenar sirvan para alojar a las familias que se encuentran en las situaciones más precarias.

De hecho, la asociación de vecinos está elaborando un censo de las chabolas que persisten en la barriada desde hace, al menos, setenta años. El censo contendrá un amplio informe sobre las condiciones de cada vivienda y la situación socioeconómica de las familias y será entregado a la empresa municipal de viviendas, Emvicesa.

El presidente del ente vecinal, Abdelkamil Mohamed Mohamed, calcula que en el barrio persisten al menos cincuenta chabolas, aunque de momento sólo se dispone del informe de quince familias. “No tengo constancia de que ninguna haya recibido hasta ahora aviso de realojo”, comenta Mohamed Mohamed.

La mayoría de los musulmanes que residen en este populoso barrio fronterizo, con una población censada de 15.000 habitantes a los que habría que sumar el cuantioso número de irregulares procedentes de Marruecos que alberga, llegaron en la década de los cincuenta, cuando el enclave dejó de ser servidumbre militar. Allí se alojaron gran parte de quienes residían en el llamado ‘acuertalamiento de los moros’, en las Murallas Reales, recordó Enfeddal. Hasta que a finales de los ochenta la Unión Europea se planteó acabar con el chabolismo y muchas de esas obsoletas viviendas fueron sustituidas por los propios residentes por edificaciones de mampostería que en la mayoría de los casos carecían de los pertinentes permisos de obra, pero que fueron más o menos toleradas por las autoridades como un mal menor.

Aun así, el chabolismo no ha desaparecido del barrio. El presidente de la asociación de vecinos y el vicepresidente, Ahmed Enfeddal, invitaron a EL PUEBLO a realizar un recorrido por el tortuoso itinerario de las chabolas. Un anciano del barrio, Abdeselam Mohamed Mesari, aportó una historia personal que sirvió como punto de partida: “En mi casa, de 50 metros cuadrados, vivimos mi mujer, mis catorce hijos y yo. Tres de ellos tienen trabajo, y me gustaría que se les proporcionaran una vivienda en otro sitio, porque pueden pagarla, y se marcharan de casa”.

En la primera de las chabolas censadas Halima Rafik vive con sus cuatro hijos. Los techos de chapa son tan bajos que la vivienda se inunda cuando llueve. Y los ventanucos de la chabola son tan pequeños que el olor a humedad tarda en marcharse.

Algo parecido ocurre en el número 56 de la calle Norte, primer asentamiento de población civil de la barrida, donde Fátima Sora debe lavar los platos en el vestíbulo, situado junto a una letrina.

No muy lejos de allí, Sodia Ahmed Chaib preferiría quedarse en el barrio si las autoridades le ayudaran a arreglar su casa. Pero si la única opción factible es marcharse a otra vivienda de Loma Colmenar, se encuentra muy dispuesta a hacerlo.

“Las autoridades deberían de estudiar cada caso y organizar los realojos. Esta señora soporta una gran humedad en un dormitorio donde duerme un niño de quince meses”, apunta el presidente de la entidad vecinal. En la calle Este, dos familias comparten patio, cocina y retrete.
 


El ente vecinal no admite la ilegalidad de las edificaciones

En un porcentaje muy alto del terreno que no está ocupado por las chabolas se han construido desde hace décadas viviendas que carecen de permisos de obra y otras licencias preceptivas, pero la asociación de vecinos entiende que estas edificaciones no pueden considerarse ilegales por el hecho de haber pagado la correspondiente multa, que puede rondar en torno a los 18.000 euros, al omitir todos los requisitos exigibles para construir. Los portavoces de los vecinos aluden a determinadas decisiones de orden político que se adoptaron en su día. Como el hecho de tolerar la proliferación de viviendas ilegales, a pesar de la sanción, como mal menor y remedio contra el chabolismo imperante en el enclave. Ahora las prioridades de la asociación son erradicar las chabolas y conseguir que se legalicen estas viviendas que empezaron a levantarse hace cuarenta años.
 


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