El ‘jaque a la Reina’ en el tablero de la política ceutí -la
pieza del Rey la sustenta hoy por hoy Vivas- va a suponer un
antes y un después en las ejecutorias que se sigan a partir
de ahora. La salida del vicepresidente del Gobierno y
presidente del PP ceutí supone la pérdida de un modo hacer
personal que generaba simpatías y antipatías por partes
iguales. Pedro Gordillo, ceutí de adopción y por
convencimiento será recordado por la situación que le llevó
a salir de la política dieciseis años después de su ingreso,
pero no sería justo -sin embargo- no recordar lo aportado a
varias generaciones de ceutíes con su Casa de Estudios.
Pedro Gordillo Durán ha marcado una época en la política
ceutí y ha sido uno de sus protagonistas en la última
década, fundamentalmente cuando participa activamente en el
derrocamiento del GIL en Ceuta. Entró en política en tiempos
de Jesús Fortes como presidente del PP ceutí en 1993. El ya
ex presidente del PP, Pedro Gordillo ocupó brevemente un
escaño en los asientos de la Asamblea en 1995, y había sido
director provincial del Ministerio de Educación y Ciencia en
el año 1996. Ese voto de censura permitió que Juan Jesús
Vivas accediera al cargo de presidente de la Asamblea
mientras que Pedro Gordillo ocupó el puesto de senador del
PP por Ceuta, cargo que ejerció hasta 2008. Gordillo había
alcanzado la Presidencia Regional del partido en octubre de
1999. Hace sólo un año (2008) sumó su cuarta victoria
congresual con el apoyo del 98% de los compromisarios y sin
hallar contrincante alguno. No sucedió así en 2005 cuando
tuvo que dirimir un duro proceso para superar con éxito, a
la postre, el congreso tras disputar la Presidencia al que
fuera consejero de Economía del Ejecutivo Vivas, Emilio
Carreira
Su trayectoria ha tenido luces y sombras al lado del
presidente Vivas a lo largo de esta década, en la que muchos
en el PP indican que con la circunstancia de su dimisión “se
cierra un ciclo” y se abre “una nueva forma de entender la
política”, han referido fuentes populares.
La especial personalidad de Pedro Gordillo no dejaba
indiferentes. Logró a la par contar con firmes seguidores
como con recurrentes detractores.
Luces
La llegada a la política de Pedro Gordillo en 1993 venía
precedida de una intensa labor en el sacerdocio, que había
abandonado pocos años antes, después de haber sido el
responsable de que numerosas generaciones de jóvenes ceutíes
lograran acceder a estudios universitarios y alcanzar éxitos
profesionales. Su dedicación a las familias menos pudientes
para lograr que sus vástagos se formaran le otorgó un peso y
un reconocimiento público notorio en Ceuta que aún hoy le
acompaña pese a todo.
Sin embargo, su ingreso en la política activa -avalado por
estos precedentes- le acarreó sus primeros problemas.
Sombras
La ejecutoria, el modo de hacer tan personalmente
autoritario no le granjeó afinidades pese a que su fondo
humano lograba ennoblecerle. Con el poder alcanzado, con
Vivas de la mano, las disensiones entre ambos no eran
inhabituales, lo que se trasladaba al elenco que a cada uno
le seguía.
Este entorno de poder en la ciudad ha librado batallas que,
de momento, acaban con Gordillo fuera del tablero político
ceutí.
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