Como representante de la acusación, la fiscal cuestionó el
diagnóstico de los expertos sobre los dos imputados
insistiendo en que tales dificultades de índole mental
pudieran derivarse del “shock” de ingresar en prisión.
Para defender su tesis, el psicólogo clínico explicó que el
presunto ‘cabecilla’ le había escrito una carta en la que le
confesaba su estado anímico y que la propia familia de este,
le había solicitado sus servicios. “La alteración del
comportamiento puede anular la capacidad de entender; la
adición y los trastornos se convierten en algo continuo que
afecta a todas las parcelas del ser humano”, argumentó.
A su entender, y contrarrestando las hipótesis sostenidas
por la fiscal, el psicólogo del centro penitenciario
insistió en que “no sólo un suceso nuevo es el disparador de
una enfermedad ya que había un trastorno de base, un proceso
dilatado”.
Siguiendo el mismo argumento de sus compañeros, el
psiquiatra mantuvo que lo derivado de los trastornos de
personalidad son los daños que adquieren un carácter
“permanente”.
A preguntas del Ministerio Fiscal sobre una posible cura de
tales deficiencias, los peritos manifestaron la necesidad de
un tratamiento farmacológico acompañado de una terapia “que
podría seguirse en prisión para mejorar la enfermedad aunque
el hándicap es que en las cárceles no hay psiquiatras”,
insistieron los testigos.
Preocupado ante el debate planteado entre la fiscal y los
peritos, el presidente de la Audiencia no dudó es trasladar
sus cuestiones a los profesionales, quienes acreditaron que
tales problemas “anulan parcialmente las facultades
emocionales y no creo que estuviese preparados para
organizar nada pero al estar relacionados con el campo de la
droga, les puede llevar a este tipo de delitos porque aún
sin consumir padecen tensión arterial, sudoración y
comportamientos radicales”, finalizaron su intervención.
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La sesión de tarde se suspende por la falta de intérpretes
Señalada para las cinco y media de
la tarde y en la que se esperaba que declarasen los últimos
agentes de policía, la sesión de tarde con la que se preveía
que concluyese el juicio tuvo que ser suspendida por la
falta de los intérpretes, ya que la última prueba solicitada
por la representante del Ministerio Fiscal eran las
grabaciones realizadas por la UDYCO de los teléfonos
intervenidos. Según la acusación, estas reproducciones en
lengua árabe demostrarían la organización del pase de la
droga desde Marruecos hasta Algeciras, la distribución de
funciones entre los presuntos participantes en el mismo, así
como el inicio de las diligencias que abrieron esta causa,
la operación ‘Transpor’. Todas estas cuestiones, que las
ocho de la tarde continuaban en interrogantes, se
trasladarán a una cuarta sesión, que a pesar de no estar
prevista, se iniciará a las diez de esta mañana.
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